Fueron puras coincidencias. Otra vez Boca ganando con lo justo, amarrete de goles, pero embocando la obligada para guardarse los tres puntos, como en la campaña pasada, esa que lo llevó a ser dueño de un título indiscutido.
Y otra vez fue Erviti el verdugo de los sanjuaninos, que en el Apertura los madrugó de cabeza, bastando sólo eso para el festejo "xeneize". La defensa tampoco desentonó en la onda replay, porque repitió actuaciones de esas que la hacían robarse todos los aplausos y catalogaban al equipo como impenetrable. No es menos cierto que aún falta para que el grupo termine de recuperar esa confianza que se esfumó entera con las todavía cercanas derrotas que le quitaron todo invicto posible. Aunque ojo, si la idea del "xeneize" es volver a ser el de antes, ayer evidenció que va por buen camino.
Y otra vez fue Erviti el verdugo de los sanjuaninos, que en el Apertura los madrugó de cabeza, bastando sólo eso para el festejo "xeneize". La defensa tampoco desentonó en la onda replay, porque repitió actuaciones de esas que la hacían robarse todos los aplausos y catalogaban al equipo como impenetrable. No es menos cierto que aún falta para que el grupo termine de recuperar esa confianza que se esfumó entera con las todavía cercanas derrotas que le quitaron todo invicto posible. Aunque ojo, si la idea del "xeneize" es volver a ser el de antes, ayer evidenció que va por buen camino.
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