A 20 años de Maastrich y de la disolución de de la URSS

A 20 años de Maastrich y de la disolución de de la URSS

Por Carlos Duguech, analista internacional.

03 Enero 2012
Transcurría diciembre de 1991. Dos acontecimientos marcarían este mes de manera singular. Casi en espejo: se conformaba la Unión Europea (UE) en la cumbre de Maastrich (Holanda) los días 9 y 10 de ese mes, nacida de la transformación hacia adelante de la Comunidad Europea (de los doce, en principio hasta los 27 de hoy).Y el día 25, con la renuncia de Gorbachov, se completaba la disolución de las URSS ya planteada a comienzos del mes. Surgía la "Federación Rusa", Rusia, en suma. Tales acontecimientos mostraron a partir de entonces una nueva e increíble vidriera ante el mundo, jamás imaginable unos pocos años antes. Lo de Maastrich, la matriz de la UE, marcó fuertemente el futuro de las naciones del viejo continente que irían sumando miembros hasta alcanzar 27, todos los cuales se comprometían solemnemente a una política exterior común. Y con la salvedad de Inglaterra (igual que ahora, reticente con las reformulaciones del tratado de la UE) se establecía una política monetaria común. Hasta se lograba más adelante la propia moneda común: el Euro.

Desde estas playas sudamericanas, la Europa hacia la que siempre se tornaba la mirada para admirar y copiar, una especie de admiración nueva surgió. Una región en la que dos veces en un siglo ese "monstruo grande que pisa fuerte"(León Gieco) causó más de ochenta millones de muertos en las guerras mundiales (1914-1018 y 1939-1945) y destrucción generalizada. Sin embargo halló los modos de conformar semejante organización regional: la UE. Costaba imaginar que Alemania y Francia (tantas veces enfrentados) pudieran ser socios en la UE. Ver a Rumania, Letonia, integrados junto a Polonia y otros, imposible de esperar verlos asociados, antes. En nuestra Latinoamérica, con casi idénticos orígenes y edades de sus naciones, con una lengua predominante, el español, nos asombrábamos de una UE con naciones con tantas lenguas y tradiciones diversas lograran esa extraordinaria UE. Casi era envidia, nuestro asombro desde aquí.

La UE no provenía de un mero tratado de libre comercio. Se establecían las políticas monetarias de cada país, el control de su deuda exterior acotada en función del producto bruto, las cuestiones judiciales y de seguridad. El control del cumplimiento de las normas sobre derechos humanos, etc. Casi una "federación", aunque no lo era, obviamente. El Parlamento Europeo, el pasaporte de la UE de libre circulación y otras precisiones comunitarias le daban una asombrosa unidad desde Maastrich hasta su reemplazo por el Tratado de Amsterdan (mayo de 1999) para mejor implementar las políticas comunes por sus estados miembros. Se ve de qué modo la crisis afecta a miembros tremendamente endeudados de la UE (Grecia, leading case) Italia, España. Pese a sus obligaciones y al control por la UE. Se observa que el grado de bienestar ha virado hacia abajo y la desocupación hacia arriba, dos impactos de la crisis. Y ante los movimientos diseñados desde las cúspides financieras dominantes, el ciudadano medio, podrá sospechar que es ajena al propio ejercicio soberano de cada país, cercano al default, la gravedad de la situación. Hay -se colige con cierta presunción de estar dando en el blanco- una mano negra supra nacional, supra regional, supra UE, que lo digita todo. Sospechas, nada más. Los dueños de la plata, sin patria ni bandera. Sin ataduras ni compromisos con nada ni con nadie.

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