"El problema es no saber cuál es el problema"

"El problema es no saber cuál es el problema"

Expertos en política, en economía y en derecho se reunieron en Tucumán para participar de una jornada sobre los 20 años de la caída de la Unión Soviética. En una visita a LA GACETA opinaron sobre el crac económico que golpea a Europa y a Estados Unidos, en particular. Consideran que para salir del pozo es preciso conocer con precisión las causas del conflicto

MONEDA ÚNICA. Aunque con matices, López Murphy, Shapiro y Solinger (de izquierda a derecha) indicaron que Europa no puede abandonar el euro. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO MONEDA ÚNICA. Aunque con matices, López Murphy, Shapiro y Solinger (de izquierda a derecha) indicaron que Europa no puede abandonar el euro. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
26 Noviembre 2011
Un buen médico encuentra con celeridad el origen de la dolencia, y aplica la medicación adecuada para sacar al paciente de su enfermedad. Por el contrario, a veces una afección de mínima importancia termina complicándose, debido a que el profesional no logra detectar el origen del mal. La metáfora sanitaria podría servir para graficar la febril situación económica que soporta la Unión Europea (UE).

"El problema es no saber cuál es el problema; por eso es muy difícil hallar la solución", afirmó, en forzado español, Betina Solinger, representante en la Argentina de la Fundación Friedrich Naumann, de Alemania. Nacida en el país germano, Solinger visitó Tucumán para participar de la jornada "Autopsia de un sistema: a 20 años de la disolución de la URSS", organizada por las fundaciones Centro de Estudios Alberdi y Libertad y Progreso.

Del evento también participaron Daniel Prieto Vial -profesor de Política Mundial Contemporánea de la Universidad Andrés Bello (Chile) y ex asesor del Ministerio de Defensa del país trasandino-, Ilya Shapiro -master en Relaciones Internacionales (London School of Economics) y doctor en Derecho (Universidad de Chicago)-, Agustín Etchebarne -de Libertad y Progreso, profesor de la Universidad de Belgrano (Buenos Aires) y el ex ministro de Defensa y Economía Ricardo López Murphy.

Entre los problemas, Solinger planteó una situación contradictoria que vive el bloque. "La Unión Europea es un constructo teórico; los alemanes del norte tienen diferencias con los del sur; y eso pasa en otros países. Un pueblo, con una moneda, es algo complicado", aseveró, en relación a la crisis que está viviendo la Eurozona. Sin embargo, rechazó como posible solución la eliminación del euro. En todo caso, se inclinó por un sinceramiento. "Necesitamos una Europa de regiones; que cada una administre sus cosas, pero que trabaje con las otras; es decir, un mercado único, pero no una sola política. Salir del euro no es la solución; no por el momento. A largo plazo, se debe pensar en una moneda que responda al poder económico de cada país; si no, no se puede funcionar; por ejemplo, es difícil de devaluar", dijo, en relación a la diferencia económica entre los países miembro.

Algo similar, aunque más pesimista, manifestó Shapiro, un moscovita nacido en 1977, que a los cuatro años emigró a Canadá. "La decisión de entrar al euro no fue económica, sino política. Pero como proyecto económico es insostenible, aunque haya voluntad política", manifestó.

"Si ante la crisis uno cuenta con un buen diagnóstico, es probable que hasta salga beneficiado de ella. Pero si este es malo, la crisis puede ser mucho más grave", advirtió Etchebarne. A su criterio, el problema radica en el "Estado derrochador": "gastan más de lo que ingresa; Europa, EEUU y Japón. Este adeuda el 229% de su PBI; EEUU, el 100% y la UE, en promedio, el 89%. Esa es la realidad. La solución es compleja: austeridad fiscal, pero es preciso reestructurar el Estado".

López Murphy calificó de exitoso el experimento de la moneda común; pero marcó tres grandes errores: "haber dejado entrar a Grecia a la Eurozona, cuando incumplía toda las reglas; haber perdonado a Alemania y a Francia cuando, en 2003, violaron las metas de Maastricht, porque si usted empieza a perdonarse a sí mismo luego es difícil imponer reglas; y no plantear con claridad que el problema no se arregla con mecanismos permisivos, sino con mucha disciplina". Se mostró descreído de que vayan a abandonar el euro. "Sólo pueden salir con una catástrofe, como nos ocurrió a nosotros", dijo. Y rechazó la idea de que Alemania salga a rescatar a los otros países críticos; por el contrario, se inclinó porque estos apliquen las reformas exigidas. "Se espera que otro pague la cuenta; y hasta que se convenzan de que eso no pasará todo será muy laborioso. Se dará un proceso difícil, trabajoso de negociación", manifestó.

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