Marruecos define su nuevo Parlamento y elige al primer ministro

Marruecos define su nuevo Parlamento y elige al primer ministro

Theo Peters | Columnista agencia DPA

24 Noviembre 2011
Las elecciones parlamentarias anticipadas de hoy despiertan poco entusiasmo en la población de Marruecos. Y es que a pesar de haber llevado a cabo una reforma constitucional, el rey Mohammed VI sigue manteniendo las riendas del poder.

La primavera árabe pasó hasta ahora prácticamente desapercibida por el reino alauí. Al contrario que en otros países árabes, esta nación norte africana cuenta con muchos partidos representados en el Parlamento. Sin embargo, Mohammed VI, que reina desde 1999, tiene una influencia fundamental en el sistema político.

El monarca anticipó las elecciones 11 meses para evitar que las protestas en varios países árabes cercanos prendieran en el suyo. Poco antes, sometió a referéndum una reforma constitucional que recorta ligeramente sus propios poderes. Según cifras oficiales, el 98,5% de la población apoyó la reforma. En el futuro, el Rey ya no escogerá al primer ministro sino que deberá nombrar al candidato del partido más fuerte. Además, no podrá destituir ministros sin la aprobación del jefe de Gobierno; pero seguirá manteniendo su poder sobre las Fuerzas Armadas, el sistema judicial y las instituciones islámicas, y seguirá teniendo la potestad de disolver el Parlamento.

Para el movimiento de protesta 20 de Febrero, surgido al calor de la primavera árabe, las reformas son insuficientes. Junto a otros partidos minoritarios anunciaron un boicot electoral. El movimiento exige una democratización radical, la justicia social y el fin de la corrupción, muy extendida en Marruecos. Creen que las elecciones no son más que una "fachada democrática" erigida por la monarquía absolutista para legitimarse. En los últimos meses las protestas de este grupo disminuyeron considerablemente. Pero en los días previos a los comicios, miles de personas volvieron a salir a la calle en decenas de ciudades para mostrar su rechazo al proceso electoral.

Los analistas esperan una participación muy baja. En las elecciones parlamentarias de 2007 sólo acudió a las urnas el 37% de los electores. Muchos marroquíes se sienten decepcionados por los partidos tradicionales y las propias élites políticas ejercen su influencia fuera del Parlamento.

Según muchos observadores, el Partido de la Autenticidad y la Modernidad (PAM) podría convertirse en la formación más fuerte del Parlamento, que cuenta con 395 diputados. El PAM, fundado por un estrecho colaborador de Mohammed VI, consiguió el 20% de los votos en las elecciones municipales de 2009. Su principal rival es el islamita moderado Partido para la Justicia y el Desarrollo, con posibilidades de alzarse con el triunfo. El Movimiento por la Justicia y el Bienestar (islamita radical) no está reconocido oficialmente, por lo que no podrá presentarse a las elecciones y llamó al boicot electoral. Contra lo prometido, tres millones de marroquíes que viven en el extranjero no podrán votar, lo que provocó un gran rechazo entre la población porque muchas familias reciben apoyo financiero de quienes trabajan fuera del país.

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