La luz de Falaschi dejó de brillar en Balcarce

Tímido fuera de la pista, vehemente dentro de ella, el santafesino era un piloto en ascenso

EN PRINCIPIO DEL FIN. El Ford Falcon de Guido Falaschi es impactado por otros competidores. El santafesino fue rápidamente asistido y llevado a un hospital. El coche quedó irreconocible. IMAGEN DE VIDEO Y FOTOS DE TELAM EN PRINCIPIO DEL FIN. El Ford Falcon de Guido Falaschi es impactado por otros competidores. El santafesino fue rápidamente asistido y llevado a un hospital. El coche quedó irreconocible. IMAGEN DE VIDEO Y FOTOS DE TELAM
14 Noviembre 2011
Por Ezequiel Soto - DYN

BUENOS AIRES.- Es difícil y extraño comenzar a escribir sobre hechos como éste. Nunca se encuentran las palabras precisas y las sensaciones justas para graficar el dolor. Ayer falleció a los 22 años Guido Falaschi, el "Príncipe" que llegó a rey, y el mundo del automovilismo está de luto.

Por eso, la intención desde estas líneas será recordar al joven tímido, de pocas palabras, de cachetes tan rojos cuando apenas descendía de su vehículo luego de cada competencia, como al momento de formular una declaración.

Al joven de la sonrisa amplia, del andar bonachón, al que se destacaba en las tres categorías en la que competía, el que iba al límite, contrastando con su personalidad fuera de pista.

Le costó algunos problemas en los últimos tiempos esa actitud competitiva sobre la cinta asfáltica, primero en Top Race al irse del Sportteam por un roce con su amigo Agustín Canapino. Luego al ser suspendido por dos fechas en TC por una acción en pista con Diego Aventin y el último y más reciente, la sanción provisoria en TC2000 por una maniobra con José María López.

Pero era la misma forma de ver el automovilismo que lo había llevado a ser subcampeón de TC Pista y campeón de Top Race y de la Fórmula Renault.

Quien compartió momentos con el nacido en Las Parejas, por más mínimos que fueran, sabrá que Falaschi no se la "creyó", actitud que muchos el endilgaban, luego de su meteórico ascenso en el automovilismo nacional, cuyos especialistas lo catalogaron como una de las mayores promesas.

Es por eso que ahora, tras la noticia menos pensada, la que no se podía digerir, la que estaba cargada de espinas de impotencia por la fatalidad, el ambiente estaba perplejo, como quien siente un gran golpe pero tarda en asumirlo.

Por el mismo motivo es que en poco tiempo en su cuenta de Facebook oficial se publicaron tras su fallecimiento innumerables mensajes. Es que Guido era Guido para todos sin importar la cantidad de títulos ni victorias ni poles ni nada.

Guido Falaschi perdió la vida en un trágico accidente en Balcarce, quizás por negligencia, quizás por obra y suerte del destino que se encargó de escribir desde que comenzó a soñar con la velocidad con un autito a control remoto.

El mundo del automovilismo lamenta la pérdida del "Príncipe" que llegó a rey a fuerza de talento, y que desde cualquier lugar en el que esté, seguirá acelerando, porque esa era su pasión.

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