Abrió sus ojos y lo primero que hizo fue contarle a sus padres lo que le había pasado. "Me pegaron un tiro", les dijo. De esta manera Maximiliano Maldonado, el niño de ocho años que fue baleado por dos ladrones cuando intentaban huir luego de haber cometido un robo en Yerba Buena, despertó del coma farmacológico en el que permanecía desde que fue internado de urgencia en el Hospital de Niños.
"Estaba sedado desde el domingo. Pero el jueves los médicos comenzaron a disminuirle la medicación y ese mismo día, por la tarde, despertó", dijo Alejandra, madre del niño. Ella junto con Miguel Maldonado, su marido, no se separaron ni un minuto de su hijo y ambos duermen en el hospital desde que su hijo comenzó a debatirse con la muerte.
"Ahora sólo está recibiendo suero y los médicos nos dijeron que su recuperación será lenta, porque tenemos que esperar para ver como evoluciona de las heridas que le causó la bala que lo hirió", continuó la mujer. Según explicaron los padres de Maxi, el niño tiene heridas en ambos pulmones, el hígado y el estómago. Aunque, apuntaron que en el último informe médico les dijeron que el muchachito continúa estable.
"Él recuerda todo lo que pasó. Cuando me vio me preguntó si yo estaba bien, porque sabía que a mí también me habían disparado", contó el padre del menor. Maldonado dice que, por el momento, no le preocupa la herida que sufrió cuando los ladrones los atacaron. "No volví a ir al médico. En este momento, toda mi fuerza esta concentrada en que mi hijo salga adelante", agregó.
Los compañeros de la escuela a la que asiste Maxi le enviaron cartas y sus padres se las leen en cada momento que comparten con él. También dijeron que el niño quiere ver a sus hermanos y que esta impaciente por volver a su casa. "Estamos muy contentos de poder verlo sonreír de nuevo", concluyeron los padres de Maxi.
Por otra parte, destacaron la atención médica que recibieron. A su corta edad, Maxi sorteó una difícil prueba de vida y, aunque pocas veces aparezcan, parece que algunos milagros todavía existen.