Colón y Crisóstomo Álvarez: el festival de la transgresión

Mientras acomoda unos cajones con tomates escucha la pregunta del cronista. Su respuesta se limita a un simple gesto: señala hacia la esquina, donde una 4x4 blanca intenta doblar a la izquierda desde Colón hacia Crisóstomo Álvarez. A pocos centímetros de la camioneta asoma el capot de un auto azul, que viene a toda marcha por Crisóstomo. Mientras tanto, por la mano contraria de Colón circulan autos, motos y colectivos. En cuanto el chofer de la 4x4 observa un espacio, acelera y pasa. Inmediatamente después Juan Cruz explica: "no quiero exagerar, pero por situaciones como esta acá hay accidentes casi todos los días".

Lo que ocurre en esa intersección es moneda corriente en otras avenidas de la ciudad: a pesar de que está prohibido, muchos conductores doblan a la izquierda o giran en U en cuanto encuentran la posibilidad. "Pero aquí todo es una locura, porque los que vienen embalados desde la Mate de Luna doblan a la izquierda sin fijarse en los demás, como si ellos tuvieran prioridad. Y de las motos ni le cuento; son de terror. Por algo los motociclistas son los que siempre terminan accidentados en el pavimento", relata Cruz, quien atiende una verdulería a menos de 10 metros de la esquina.

En la intersección se levantan flamantes semáforos. Sin embargo, aún no están funcionando. Y el taxista Carlos Córdoba, que hace parada en la esquina, sostiene que deben ser activados con urgencia. "Mientras los semáforos estén sin funcionar esta va a seguir siendo la esquina del descontrol", se queja.

El tachero aclara que él recorre toda la ciudad, pero que lo que ocurre en las intersecciones de Colón con Crisóstomo, con San Lorenzo y con Las Piedras es difícil de ver en otros lugares. "A primera hora de la mañana o al mediodía es normal ver un motociclista tirado en el pavimento después de un accidente", dispara desde el taxi.