El tiempo de rememorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

Un sacerdote destacó que el mismo pueblo que cobijó al Hijo de Dios fue el que una semana más tarde propició que se lo crucificara.

17 Abril 2011
Jesús acababa de resucitar a Lázaro y el pueblo, que había puesto toda su esperanza en Él, lo recibió como a un rey, con los honores que se daban a los triunfadores que volvían de las batallas. Hoy, Domingo de Ramos, se recuerda esa entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Es el primer día de la Semana Santa, que tendrá su momento más importante durante el Triduo Pascual, que conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Este tiempo, llamado también Semana Mayor, comenzará el Jueves Santo y concluirá el domingo, en Pascua. Es la fecha más importante de la cristiandad porque en ella se revive el gran misterio de la salvación del hombre, protagonizada por Jesús, hijo único de Dios.

Se realizará la tradicional bendición de los ramos, con preferencia en un lugar a cielo abierto, para permitir que los fieles puedan entrar al templo en procesión, en representación de aquel pueblo que esperaba a Jesús en las puertas de Jerusalén.

"Los ramos benditos son un signo de la bendición de Dios que nos llevamos a nuestras casas, pero que no puede ser considerado algo mágico. Estos ramos recuerdan la entrada victoriosa de Jesús, que era el Mesías esperado. Estas aclamaciones significaban un reconocimiento a lo que Él estaba haciendo. Pero Él no entraba para ser coronado, para ser un rey de este mundo, sino para estar al servicio del hombre. Eso es lo que el pueblo no entiende. El pueblo esperaba un rey político y Jesús, para demostrarle que no era el rey que ellos creían que era, entró montado en un burro, como muestra de su humildad. La realeza que Él va a ejercer es la del amor", explicó el párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Merced, padre Carlos Sánchez.

"Lo que importa no es el ramo sino la actitud que yo tengo frente a Jesús. Dejemos que Él sea el rey de nuestra vida", comentó el sacerdote.

El padre Sánchez hace notar que el mismo pueblo que lo había aclamado el Domingo de Ramos fue el que lo condenó. Y pide que los fieles no hagan lo mismo: "no abandonemos a Jesús". "Así como empezamos la Semana Santa cumplamos con todos los actos hasta el final, no abandonemos a Jesús", remarcó.

Iglesia Católica Ortodoxa
En este caso la Semana Santa se inicia con la resucitación de Lázaro, porque es un hecho que el pueblo tiene muy en cuenta al recibir a Jesús. "Todo el pueblo con sus familias va a recibirlo, por eso nosotros en la parroquia Asunción de María Santísima pedimos a los fieles que lleven a sus niños. Adornamos toda la entrada con palmas, como dice la Biblia, y cantamos ?hosanna, hosanna?, que significa salvador. En ese momento no se dieron cuenta de que se estaban cumpliendo las escrituras", aporta el sacerdote ortodoxo Juan Manuel Alurralde.

"Lo importante no son las palmas, sino el corazón con que se recibe a Jesús", dice Alurralde, concordando con su par católico romano. Y recomienda: "lo esencial es recibir a Cristo en nuestra propia vida. Debemos hablar en presente: no decir ?hoy recordamos?, sino ?hoy Cristo está entrando?".

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