25 Marzo 2011
"Es muy importante el avance en los juicios por violaciones a los derechos humanos, con condenas como la que cayó sobre Roberto Albornoz y Luciano Benjamín Menéndez. Ahora es el turno de los participantes civiles de la dictadura, que son tan responsables del genocidio como los militares", sostuvo ayer Humberto Rava.
El secretario de Derechos Humanos fue el orador de cierre del acto de toma de posesión de la casa de Chacabuco 476/8, donde vivían Marta y Rolando Coronel hasta su secuestro en 1976. Ahora, el inmueble será un centro cultural.
El funcionario defendió el nuevo destino: "el mejor aporte a quienes han sufrido, luchado y muerto por una patria más justa, más digna y más libre, es la generación de espacios de memoria que sirvan de ejemplo y motivación a los jóvenes". Reivindicó también los homenajes a Isauro y Arturo Arancibia y a Atilio Santillán, y el acto del miércoles en la "Escuelita" de Famaillá, donde funcionó un centro clandestino de detención.
Rava denunció que junto a la desaparición de personas se montó un plan de usurpación y apropiación de sus bienes, como ocurrió con la casa de los Coronel.
"Debemos esforzarnos para que los condenados cumplan su pena en cárceles comunes. Hay fallos que se demoran mucho y muchos acusados de avanzada edad mueren tranquilamente en sus casas, lo que configura en los hechos una situación de impunidad. La memoria no es revanchismo, venganza ni rencor, sino profundización de la verdad y la justicia", concluyó.
El secretario de Derechos Humanos fue el orador de cierre del acto de toma de posesión de la casa de Chacabuco 476/8, donde vivían Marta y Rolando Coronel hasta su secuestro en 1976. Ahora, el inmueble será un centro cultural.
El funcionario defendió el nuevo destino: "el mejor aporte a quienes han sufrido, luchado y muerto por una patria más justa, más digna y más libre, es la generación de espacios de memoria que sirvan de ejemplo y motivación a los jóvenes". Reivindicó también los homenajes a Isauro y Arturo Arancibia y a Atilio Santillán, y el acto del miércoles en la "Escuelita" de Famaillá, donde funcionó un centro clandestino de detención.
Rava denunció que junto a la desaparición de personas se montó un plan de usurpación y apropiación de sus bienes, como ocurrió con la casa de los Coronel.
"Debemos esforzarnos para que los condenados cumplan su pena en cárceles comunes. Hay fallos que se demoran mucho y muchos acusados de avanzada edad mueren tranquilamente en sus casas, lo que configura en los hechos una situación de impunidad. La memoria no es revanchismo, venganza ni rencor, sino profundización de la verdad y la justicia", concluyó.
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