La economía, una "pitonisa" capaz de predecir

La economía, una "pitonisa" capaz de predecir

Investiga junto a un grupo internacional de colegas los mercados de predicción, para conocer el futuro. Alterna la enseñanza entre la UNT y Estados Unidos

BÚSQUEDAS. Para Nieto Barthaburu, los modelos explican la realidad. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO BÚSQUEDAS. Para Nieto Barthaburu, los modelos explican la realidad. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
06 Febrero 2011
Once años ya en el nuevo milenio y todavía no hay naves espaciales individuales para viajar por la ciudad, no hay guerra de las galaxias, ni robots (a excepción de los casos piloto que se exhiben como avances tecnológicos) que hagan las tareas domésticas. Casi nada se ha cumplido de todo lo que las películas predijeron para este tiempo. Sin embargo a Augusto Nieto Barthaburu, doctor en economía, no lo sorprende que así sea. Por un lado, considera que la innovación científica es un proceso lento y complicado. Por otro, que quizá los mercados resulten ser mejores predictores del futuro que las películas.

-¿Cómo intenta la teoría económica conocer el futuro?

- En economía, la Teoría de Decisiones Estratégicas se pregunta cómo la gente toma decisiones riesgosas. Hay eventos que van a suceder en el futuro que no están previstos o que no dependen de uno. Los economistas queríamos reducir esa incertidumbre y descubrimos que existen mercados de predicción como los Iowa Electronic Markets, que consistentemente predicen los resultados de las elecciones con mayor precisión que los expertos o las encuestas.

-¿Cómo funcionan estos mercados de predicción?

-Son contratos que se establecen entre una persona que cree que un hecho específico va a suceder en el futuro y otra que piensa lo contrario. Entonces hacen una apuesta y fijan un precio. Esto se repite con muchas personas hasta formar un mercado y ese precio que se negocia es un indicador de la probabilidad de que el hecho ocurra. Hay mercados sobre el resultado de elecciones, sobre catástrofes naturales, incluso ya debe haber mercados sobre la renuncia del presidente egipcio.

-¿Por qué estos precios de las apuestas pueden ser tan buenos para predecir el futuro?

-Hay varias teorías al respecto. Pero en términos generales, estos mercados reúnen muchísima información. En el precio de la apuesta queda todo lo que saben las personas que participan del mercado. El cúmulo de información que resulta de las apuestas es mayor al que cualquier experto pueda saber. Además, como la gente tiene su plata en juego, se preocupa por informarse más y mejor. Hay un gran incentivo para tomar buenas decisiones. Al tratarse de un mercado, es muy eficiente amalgamando las creencias de las personas en un solo número.

-¿Cómo se estudian estos temas?

-Lo que nosotros hacemos es investigación base. Algo más teórico que aplicado a lo cotidiano. Son modelos explicativos que tratan de replicar lo que se observa en la realidad. Uno mira algo que le llama la atención e intenta decir cómo funciona con las herramientas teóricas que tiene, o que se le ocurren. Arma un modelo y busca testearlo. Así funciona el proceso científico.

-¿Por qué los mercados de predicción no se utilizan ampliamente aún?

-Se están investigando todavía. Con mi equipo, tratamos de precisar bajo qué circunstancias los mercados dan o no resultado. Necesitamos saber cómo influye sobre el mercado la información que surge de sí mismo. Por ejemplo, si hay contratos sobre un atentado terrorista que indican una alta probabilidad de que suceda, las autoridades pueden prevenirlo más fácilmente, lo que a su vez hace que la probabilidad del hecho baje.

En ese caso el precio no indicaría la probabilidad. De hecho en Estados Unidos el Departamento de Defensa quiso desarrollar sus propios mercados de predicción pero un debate ético truncó su aprobación en el Congreso. ¿Cómo iban a tener gente apostando y ganando dinero sobre la posibilidad de un atentado? Para mí, fue una gran pérdida de información. De todas maneras, que ellos estén trabajando en estos mercados es un buen signo. Ellos crearon internet y los GPS que ahora todos usamos.

-Como profesor de economía del medio ambiente, ¿por qué no vemos mayores avances?

-Hay que entender dos cosas. La aplicación de herramientas de la economía a la ecología es muy reciente. Todavía estamos trasladando nuestra maquinaria analítica a los temas del medio ambiente.

Por eso quizá no hay demasiados descubrimientos o innovaciones teóricas en este campo aún. Pero además hay que entender que el descubrimiento del conocimiento es lento, difícil y se construye a través del aporte de millones de personas que descubren cosas muy pequeñas que se van sumando. Además los seres humanos tenemos limitaciones. Sabemos muy poco del mundo en realidad. Estamos en nuestra infancia del conocimiento científico y quizá siempre lo estemos.

El optimismo suele ser un don de los pragmáticos y de los privilegiados. En el comité de evaluación de su tesis hubo un premio Nobel. Nieto enseña en los Estados Unidos y dictó economía a las elites mexicanas. Hoy está orgulloso de la carrera de economía de la UNT.

"Tenemos muy buenos estudiantes, en gran medida porque se trabaja bien en la carrera. Que mandemos cuatro o cinco egresados todos los años a universidades muy buenas en los Estados Unidos motiva a los alumnos. Si aprovechan las oportunidades, saben que pueden llegar lejos. Además al ser una carrera de corte académico, entienden que es más difícil y desafiante y trabajan para estar a ese nivel. Y también, al ser pocos alumnos, podemos tener un trato más personalizado" cuenta.

-¿Por qué volviste a Tucumán?

-Empezó como una decisión personal. Yo quería volver después de vivir 10 años lejos de aquí. Y desde la universidad se movieron para hacerme una buena oferta de trabajo. Repatriar exalumnos sería una muy buena política para la UNT.

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