BUENOS AIRES.- El equipo Patronelli pide fotos. Salen una, dos, tres, cuatro, cinco mientras la comparsa continúa. Alejandro Patronelli no pudo avanzar más allá de unos metros desde que se proclamó nuevo campeón de los cuatriciclos. Todos querían estar a su lado, conocer a fondo sus sensaciones y también darle un fuerte abrazo, después de semejante lección de manejo.
Entre tanta fruta fresca repartida, el showman del día, un groso como Cyril Despres, convertido también en ayuda moral de "Ale", se acercó al círculo de cámaras de fotos y buscó al héroe argentino. "Eh, ahí está Cyril. ?Ale?, ?Ale?", llamaba el exultante Marcos a su hermano, todavía avasallado por tanto cariño recibido.
El impacto en el cuerpo del monarca fue tan fuerte como un choque. Fueron segundos interminables de sonrisas y ?gracias? en voz baja. Hubo palabras que quedaron entre ellos. Sólo para ellos. Después, fue el turno de abrir los altavoces. "Vengo a buscar un poco de promoción. Esta foto me sirve", hizo rodar cabezas de la risa con sus palabras Despres, quien valoró como nadie el triunfo de Patronelli. "Uno puede estar mal, golpeado, pero la cabeza manda; te felicito", cruzó muñecas con Alejandro el subcampeón de motos y continuó con su emotivo discurso.
"Sos un grande", veneró Alejandro, que la pasó bastante mal debido a un golpe en el brazo y mano derecha, que quedaron del tamaño de una pelota.
"He acabado segundo un Dakar con dos dedos del pie rotos. La cabeza hace todo", revalorizó las ganas de su amigo Despres, a punto de regalar un par de lágrimas en un nuevo abrazo. Demás está decir que la melodía de agradecimientos y buena onda entre los dos no se cortó jamás. Incluso, las recomendaciones futuras fueron bien recibidas por Alejandro. "Ya lograste lo más importante. Ganaste tu primer Dakar, ahora tenés las armas para hacerlo nuevamente", consideró el especialista de KTM, que no dejó pasar la oportunidad para pronosticar una dura batalla en 2012 entre los pilotos de "quads".
"No será sencillo, vas a tener que pelear con otro rival complicado como tu hermano", repartió el juego Despres entre risas. Los tres, Marcos, Alejandro y él se fundieron en una nueva muestra de afecto. Chin chin.
Orgullo nacional
Las emociones no concluyeron así de fácil en el corazón de Patronelli. Al rato, Sebastián Halpern, su escolta y compatriota en la carrera a bordo de una Yamaha, considerado por muchos de sus colegas como el mejor navegante de todos, se guardó el dolor de no haber podido saltar a la cima y fue a saludar a Alejandro.
Fue un flash ese momento. "Podría haber sido para cualquiera de los dos", consoló Alejandro al mendocino, que no reparó en elogios para con su "enemigo". "Vamos con la foto del primero y el segundo, ?¡loco!?", pidió el rey. Sus deseos, claro, fueron cumplidos. (Enviado especial)