Cada cuatro minutos alguien sufre un ACV en la Argentina

Uno de cada cuatro pacientes llega a tiempo al hospital para salvar su vida o reducir secuelas. Médicos aconsejan conocer la afección y distinguir sus síntomas, al conmemorarse hoy el Día Mundial para la Prevención del ACV.

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29 Octubre 2010
Ocurre cada cuatro minutos, pero sólo una de cada cuatro personas recibe la atención necesaria para salvar su vida o minimizar sus consecuencias. Se trata del accidente cerebrovascular (ACV), que en nuestro país registra 130.000 casos por año y constituye la segunda causa de muerte (después del infarto de miocardio) y la primera causa de discapacidad severa. Suele ser más frecuente después de los 65 años, pero un 25% de los eventos ocurre antes de esa edad y, en términos generales, la amenaza se duplica con cada década de vida luego de los 55.
Por tercer año consecutivo, la Sociedad Neurológica Argentina se une a otras agrupaciones científicas para conmemorar hoy, 29 de octubre, el Día Mundial de la Prevención del Accidente Cerebrovascular.
"El más frecuente es el ACV isquémico -también llamado infarto cerebral- producido por la súbita oclusión de una arteria y, en menor proporción, el de origen hemorrágico, generado por la ruptura de una arteria del cerebro", explicó a LA GACETA Luciano Sposato, director del Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares (Renacer) de la Sociedad Neurológica Argentina; del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y de la Unidad de Stroke del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).

Un minuto vale oro
"Cada minuto cuenta", afirmó por su parte el neurólogo tucumano Pedro Nofal, presidente de  Sociedad Neurológica Argentina, porque cada 60 segundos que una persona transcurre con ACV mueren dos millones de neuronas. "Hay un tratamiento para disminuir las secuelas de algunos ACV isquémicos. Se trata de un activador tisular de plasminógeno que 'destapa' la arteria mientras se está produciendo el infarto cerebral. Se lo debe aplicar dentro de las primeras cuatro horas y media a partir del inicio de los síntomas. De ahí que el paciente tiene que llegar a un centro asistencial que tenga tomógrafo y un equipo médico especializado en brindar tratamiento en las primeras tres horas y media", advirtió el neurólogo.
En más del 20% de los casos de ataque cerebral el ACV es hemorrágico. Esto sucede cuando se rompe un vaso sanguíneo dentro o cerca del cerebro y se detiene el normal flujo de sangre hacia las zonas cercanas al evento. Tiene una tasa de mortalidad más alta que el isquémico y suelen sufrirlo las personas más jóvenes.

Factores de riesgo
Este tipo de ataques se asocia con repentino y fuerte dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Entre los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un ACV hemorrágico y que pueden evitarse figuran el tabaquismo, los anticonceptivos orales, el alto consumo de alcohol y de drogas ilegales.
Existen dos tipos de ACV hemorrágicos: la hemorragia subaracnoide: 1) cuando un vaso sanguíneo de la superficie del cerebro se rompe y sangra en un espacio comprendido entre el cerebro y el cráneo y 2) cuando lo causa la rotura de un aneurisma (una sección de la pared arterial que se "infla" y revienta), inundando de sangre los tejidos que lo rodean. En ambos casos, la hipertensión arterial (HTA) es la causa más frecuente.
La hemorragia intracerebral, en cambio, ocurre cuando un vaso sanguíneo sangra en los tejidos internos del cerebro, generalmente debido a HTA crónica o al envejecimiento de los vasos sanguíneos.
 "Los ACV hemorrágicos se tratan con drogas que controlan tanto el sangrado adicional como la hipertensión -aclara Nofal-. También se usan medicamentos para desinflamar el cerebro y cirugía para reparar el aneurisma o el coágulo sanguíneo." Así como en la mayoría de las instituciones existe Unidad Coronaria, también deberían contar con Unidades de Stroke, indicaron Sposato y Nofal, porque está demostrado que cuando al paciente con ACV es atendidos por un especialista bajan la mortalidad, las secuelas y el riesgo de sufrir nuevos cuadros.

Qué hacer: paso a paso
Los médicos también aclararon que el modo en que actúen los familiares o personas cercanas al paciente condiciona el pronóstico.
El primer consejo que dieron es saber qué hospital o sanatorio brinda la mejor atención a los que cursan un ACV. Si el paciente no tiene obra social o prepaga se debe averiguar en qué hospital público pueden atenderlo correctamente. Se puede pedir el servicio público de emergencia llamando al 107.
El siguiente punto es conocer en cuánto tiempo llegará la ambulancia. Si demora más de 30 minutos se acorta el período para administrar la droga trombolítica. Si se decide trasladar al paciente por los propios medios se corre el riesgo de que se descompense. Después de llamar a la ambulancia hay que llamar al médico de cabecera. Durante la espera, aconsejan acostar a la persona con una o varias almohadas para evitar que se lastime, con la cabeza en alto para facilitar su respiración.

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