"El arte argentino debería ser mucho más caro y reconocido"

El pintor Juan Lascano realizó una visita guiada de sus 16 obras expuestas en la muestra. Un incansable rastreador de los valores de la luz. La vigencia del realismo. El lugar del arte argentino en el mundo.

GUIA DE LUJO. Lascano le explicó al público cómo elaboró los 16 cuadros que están expuestos. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO GUIA DE LUJO. Lascano le explicó al público cómo elaboró los 16 cuadros que están expuestos. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
14 Septiembre 2010
El título que aparece apenas uno ingresa a su página web es "Lascano, el dueño de la luz". Sin embargo, él admite que es un poco pretencioso. "Mi objetivo personal es reflejar lo que la luz muestra. No me interesa que el cuadro sea bonito, sino la forma en la que la luz está pegando en un momento dado", aclara. Entonces ¿uno puede llegar a pintar la luz? "Eso trato; el día que piense que no, me retiro", responde tajante. Para Juan Lascano, plasmar la realidad en un lienzo es un desafío que vale la pena asumir. Justamente, anoche realizó una vista guiada a las 16 obras suyas que se exponen en el espacio "Camino al arte", en la Expo 2010.

Lascano es un artista platense (actualmente vive en Bariloche) que se destaca por ser el mayor realista del arte argentino, según lo define Ignacio Gutiérrez Zaldívar. A pesar de que admite haber experimentado con el surrealismo, la abstracción y la pintura geométrica, sostiene que el realismo es lo que realmente lo estimula. Y agrega que este estilo mantiene su vigencia, porque el público se identifica con lo que ve en el lienzo.

"Enfrentarse a la realidad visual es muy exigente; uno siempre se queda corto. Pero opino que eso es mucho más estimulante y más rico que ponerse a hacer una especie de catarsis personal y empezar a tirar cosas en una tela que sólo tendrán sentido para mí", se despacha.

Dentro de la obra de Lascano hay dos temas que se destacan: los bodegones y los desnudos. En el segundo caso, las curvas bien marcadas de sus modelos están claramente alejadas de los parámetros de belleza actual. "Los pintores, en general, nos basamos en los valores de la luz, la intensidad lumínica de un objeto y las transiciones entre luz y forma. Entonces, todo lo que sea redondo tendrá transiciones suaves y eso lleva a la elección de una modelo que no sea puro hueso. Es una cuestión puramente estética, aunque yo tengo mis juicios sobre el modelo femenino contemporáneo, que es bastante negativo", explica.

La razón del bodegón en su obra (término español con el que Lascano reemplaza el de naturaleza muerta) tiene su origen en la fijación de este artista con la realidad. "El bodegón es eso, el contacto con lo tradicional. Es el objeto austero y sobrio que se ha usado siempre en la cocina. Fijate que en los bodegones míos rara vez hay objetos de lujo. Quizás es por la intención de buscar transiciones entre luz y sombra; en una jarra ornamentada no se perciben tanto como en un cacharro", le aclara al cronista.

Por último, Lascano resalta el valor del escenario artístico argentino. Pero admite que está devaluado ¿La razón? La lejanía. "Es un arte que debería ser mucho más caro y reconocido en el mundo. Debería estar más considerado por su calidad", concluye este rastreador de la luz.

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