En ensayos realizados desde 2007 hasta 2010 en los cuales se cuantificaron los efectos del "azufre (S)", la "dolomita" y distintos fertilizantes foliares, obtuvimos diferentes resultados en los cultivos de granos realizados, explicó Carlos Hernández, técnico de la sección Suelos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
Asimismo, se evaluaron diferentes dosis y fuentes de "fósforo (P)", como así también la colocación del fertilizante fosfatado.
Eficiencia
Por otra parte, se realizó un estudio sobre la eficiencia del fertilizante fosfatado suministrado en una secuencia trigo-soja, el cual incluyó 10 alternativas de empleo del "P".
En la localidad de La Ramada de Arriba hubo una clara respuesta por parte de la soja al agregado de "azufre (S)" mediante yeso, que se tradujo en marcados aumentos de rendimientos culturales.
La "dolomita" no tuvo efectos en la producción. Sin embargo, este efecto se evidenció en 2009, no así en 2010.
Los ensayos realizados con distintas fuentes de "azufre" no produjeron diferencias sustanciales entre estas, ni tampoco los distintos métodos de localización del "P" marcaron tendencia alguna.
Secuencia
Dentro de la secuencia soja-trigo, la mayor eficiencia agronómica en el uso del "P" se consiguió cuando el fertilizante se añadió a la soja.
El "azufre", a la dosis convencional (100 kg/ha de superfosfato o fosfato diamónico), aplicado tardíamente, logró mejorar la producción en suelos con baja disponibilidad del elemento (< 8 ppm).
El empleo del "P" foliar, a las concentraciones que se manejan actualmente, resulta insuficiente para satisfacer los requerimientos de la soja en suelos bajo la contingencia descrita.