La "mancha ojo de rana (MOR)" en la soja es una patología altamente conocida en toda la región granaria argentina, siendo una enfermedad que puede causar muchos daños a la soja. Pero llama la atención que alcance tal gravedad cuando tenemos todas las herramientas disponibles para evitar sus efectos perjudiciales, dijo Daniel Ploper, Director Técnico de la Eeaoc. "Realmente no se puede explicar que el MOR, una enfermedad considerada hoy como menor, causada por Cercospora sojina, pueda comprometer los rendimientos de la oleaginosa en el país que ocupa el tercer lugar en la producción mundial", dijo. Esto indica que "no se están tomando todos los recaudos que se tienen a mano, para evitar que esta enfermedad se propague" como lo hizo y haga daños como registrados en la Pampa Húmeda. Lo que ocurrió es lo mismo que en la Argentina pudieran, hoy, aparecer enfermedades fácilmente previsibles en sus habitantes como la "tos convulsa", la "poliomielitis" o la "viruela".
Estas nuevas apariciones del MOR en la Pampa Húmeda dejan al descubierto algunos problemas serios que los productores y técnicos deben darles atención y, por ende, solución, para evitar que esta u otras enfermedades que ya suponemos superadas no aparezcan nuevamente en la producción sojera argentina. "Debemos seguir insistiendo en una correcta rotación de cultivos, que, entre otros aspectos, es un mecanismo que contribuye a mejorar la sanidad de las plantas", planteó. El monocultivo de soja contribuyó, junto con la siembra directa (SD), a que muchos inóculos de patógenos necrotróficos, que actúan al fin de ciclo de la soja, hayan aumentado.
El productor debe saber, a ciencias cierta, "qué es lo que está sembrando y cuál es la sanidad y la calidad de la semilla que utiliza. En el país es muy bajo el uso de semilla fiscalizada y existe una inadecuada protección a la propiedad intelectual de los cultivares y variedades", advirtió. Se afirma que el uso de semilla propia y de semilla ilegal han contribuido a la dispersión efectiva del MOR y de otras enfermedades igual o más peligrosas, hacia diferentes lotes y zonas de la región centro del país. Esto está claro: "la semilla fue el principal vehículo para la dispersión del patógeno y, por lo tanto, no cabe otra recomendación que usar semilla que responda a parámetros de calidad y sanidad.
También incide la baja frecuencia de uso de cultivares resistentes a la "mancha ojo de rana" en los Grupos de Madurez III a V.