La Casa Histórica y los Valles arrancan lágrimas a los turistas

La Casa Histórica y los Valles arrancan lágrimas a los turistas

Los visitantes se emocionan al conocer la casita que dibujaban cuando iban a la escuela. En lo que va de julio, pasan por el solar donde se juró la Independencia entre 1.500 y 1.800 personas. "Pude ver lo que inspiró la zamba Luna tucumana"

LA GRAN REFERENCIA. La Casita de Tucumán, como la llaman en el resto del país, es uno de los primeros lugares que visitan los turistas. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO LA GRAN REFERENCIA. La "Casita de Tucumán", como la llaman en el resto del país, es uno de los primeros lugares que visitan los turistas. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
27 Julio 2010
Paula Mederos vino de Buenos Aires con algunas cosas en mente: los Valles calchaquíes, poesía para los ojos de todos los que alguna vez visitaron el Jardín de la República; la luna tucumana, que se hizo famosa en la zamba de Yupanqui; y, por supuesto, la Casita de Tucumán, protagonista de todos los manuales de historia. Pero cuando llegó a pasar sus vacaciones de invierno con su mamá, se llevó varias sorpresas. "Es la primera vez que vengo a Tucumán, y fue una semana llena de emociones. Cuando entré a la Casa Histórica y llegué al salón de la jura, se me cayeron un par de lágrimas, al igual que en los Valles", cuenta la turista. "Pero lo más impactante -continúa- me pasó cuando visité Simoca el fin de semana. Un conjunto folclórico cantó la Luna Tucumana y por primera vez pude cantarla sintiendo el profundo significado de la letra. ?Me cayó la ficha?, como se dice, porque estoy en el tramo final del viaje y pude ver todo lo que inspiró esa canción".

"Un viaje"
Desde el 1 de julio miles de turistas de todo el país andan dando vueltas por la ciudad y por los cerros tucumanos. Lo primero que hacen al llegar a la capital es visitar la Casa Histórica, donde recorren el museo, ven la obra de teatro o disfrutan del espectáculo de luz y sonido.

Durante julio, un promedio de entre 1.500 y 1.800 personas circulan por ahí diariamente, según datos aportados por Alejandro Marcial, encargado del lugar. "Estamos volviendo a los números de 2007, porque 2008 y el año pasado fueron momentos muy particulares", afirma.

"El recorrido por el museo es un viaje desde el año 1700 hasta el momento de la jura, que se hace progresivamente a través de ocho salones. A medida que vamos avanzando, la gente va prestando mayor atención y hasta los chicos se quedan mudos", cuenta orgullosa Mabel Catténea, una de las guías del museo.

Desde Berazategui, Buenos Aires, un joven matrimonio recorría los jardines de la Casa Histórica. Lorena Escales y Guillermo Castello, ambos de 29 años, llegaron a Tucumán buscando cosas diferentes, pero con el mismo entusiasmo. "Soy maestra jardinera y durante años conté la historia de lo que ocurrió acá. Con los chicos hicimos un juego, fabricamos carrozas e imaginamos que veníamos a Tucumán, como en 1816. Ahora, haber llegado me llena de emoción, porque es como que ese juego se volvió real", cuenta Lorena y las lágrimas vuelven a aparecer.

Guillermo, sin poder controlar la carcajada ante la emoción de su esposa, asegura que sus objetivos son un poco más concretos: "yo vine a comer empanadas tucumanas, que son las más ricas de la Argentina".

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