23 Mayo 2010
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LEJOS DE LA SOLEMNIDAD. Pigna apela a un lenguaje llano para abordar los acontecimientos.
Ensayo
1810: LA OTRA HISTORIA DE NUESTRA REVOLUCIÓN FUNDADORA
FELIPE PIGNA
(Planeta - Buenos Aires)
Conocer el pasado para mirar hacia el futuro, es lo que provoca el festejo del Bicentenario de la Revolución de mayo. Es ir hacia atrás para poder entender en qué consistió esa sublevación que liberó a un pueblo que llevaba más de tres siglos de estar sometido por la corona española.
Felipe Pigna propone, a través de una lectura muy documental, más que literaria, adentrar al lector en un contexto histórico para entender los hechos; y para ello -como él mismo aclara en la introducción- el libro resulta "un modelo para armar" (citando a Cortázar), ya que se puede elegir el itinerario, leyendo capítulos autónomos, ordenados de forma cronológica.
Comienza desde la llegada de los españoles a América hasta el victorioso mayo ocurrido hace 200 años. "Con orgullo americano, podemos decir que de 1492 a 1810, prácticamente no hubo un año en que no estallara alguna sublevación de los pueblos originarios; a los que se sumarían -a poco de que el mestizaje diera sus frutos- los criollos. Estas rebeliones constituyen antecedentes insoslayables para reconstruir la historia de oposición al régimen colonial", afirma el autor.
Felipe Pigna desmitifica algunas ideas aún vigentes, como la referida a la identidad de los criollos. Este término hacía referencia en 1810, a diferencia de lo que se cree -al asociarlo con el "gaucho"-, a la elite blanca, propietaria de tierras, negocios y esclavos. También rescata a los negros, que a principios del siglo XIX representaban casi un tercio de la población de Buenos Aires, y cuenta por qué desaparecieron de nuestro país.
Pigna no sólo cuenta la Historia; toma partido en ella exponiendo textos documentales que justifican su visión. Cuestiona, por ejemplo, que hombres como los virreyes Cisneros o Garay, tan poco afectos a las libertades públicas, sean homenajeados en la ciudad de Buenos Aires con elegantes calles del barrio de Belgrano que llevan sus nombres.
Pigna elude la solemnidad con un lenguaje llano pero la lectura del libro es, por momentos árida, ya que contiene largos pasajes en los que se reproducen documentos que apuntalan las tesis del autor.
© LA GACETA
Daniela Ceccato
1810: LA OTRA HISTORIA DE NUESTRA REVOLUCIÓN FUNDADORA
FELIPE PIGNA
(Planeta - Buenos Aires)
Conocer el pasado para mirar hacia el futuro, es lo que provoca el festejo del Bicentenario de la Revolución de mayo. Es ir hacia atrás para poder entender en qué consistió esa sublevación que liberó a un pueblo que llevaba más de tres siglos de estar sometido por la corona española.
Felipe Pigna propone, a través de una lectura muy documental, más que literaria, adentrar al lector en un contexto histórico para entender los hechos; y para ello -como él mismo aclara en la introducción- el libro resulta "un modelo para armar" (citando a Cortázar), ya que se puede elegir el itinerario, leyendo capítulos autónomos, ordenados de forma cronológica.
Comienza desde la llegada de los españoles a América hasta el victorioso mayo ocurrido hace 200 años. "Con orgullo americano, podemos decir que de 1492 a 1810, prácticamente no hubo un año en que no estallara alguna sublevación de los pueblos originarios; a los que se sumarían -a poco de que el mestizaje diera sus frutos- los criollos. Estas rebeliones constituyen antecedentes insoslayables para reconstruir la historia de oposición al régimen colonial", afirma el autor.
Felipe Pigna desmitifica algunas ideas aún vigentes, como la referida a la identidad de los criollos. Este término hacía referencia en 1810, a diferencia de lo que se cree -al asociarlo con el "gaucho"-, a la elite blanca, propietaria de tierras, negocios y esclavos. También rescata a los negros, que a principios del siglo XIX representaban casi un tercio de la población de Buenos Aires, y cuenta por qué desaparecieron de nuestro país.
Pigna no sólo cuenta la Historia; toma partido en ella exponiendo textos documentales que justifican su visión. Cuestiona, por ejemplo, que hombres como los virreyes Cisneros o Garay, tan poco afectos a las libertades públicas, sean homenajeados en la ciudad de Buenos Aires con elegantes calles del barrio de Belgrano que llevan sus nombres.
Pigna elude la solemnidad con un lenguaje llano pero la lectura del libro es, por momentos árida, ya que contiene largos pasajes en los que se reproducen documentos que apuntalan las tesis del autor.
© LA GACETA
Daniela Ceccato
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