21 Mayo 2010
A tres días de la elección de rector, el rossismo juega su última carta para mantener una posición de poder en el gobierno de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
Pese a haber resultado vencido el martes, el sector que trabajó por el arribo de María Luisa Rossi de Hernández al rectorado tiene la posibilidad de impedir que el grupo afín al rector, Juan Alberto Cerisola, obtenga la mayoría especial del consejo superior.
Según las cifras que se registraron durante la elección de rector, el rossismo podría lograr entre siete y ocho de los 17 cargos que restan por elegirse en el órgano legislativo de gobierno de la UNT. El cálculo resulta de aplicar el porcentaje de votos que cada parte logró (menos los sufragios de los no docentes, que ya eligieron su delegado al superior) a las bancas en disputa.
Según había dicho el oficialismo antes de la asamblea, contaba con el aval de 11 de los 13 no docentes. Entonces, resulta válido restar 11 votos a los 89 que obtuvo el cerisolismo y dos a los 64 que logró oposición el martes. Así, contando sólo los votos de docentes, de alumnos y de graduados, el grupo de Cerisola habría ganado 78 a 62. Porcentualmente, estos 78 votos representan el 55% de los 141 votantes (los 154 consejeros que votaron, menos los 13 no docentes); los 62 votos rossistas significan el 44%.
Esos siete u ocho escaños, sumados a los cuatro decanos que se declararon cercanos a Rossi resultan un número valioso a la hora de votar temas que precisen, para su aprobación, la llamada mayoría especial (tres cuartas partes, por ejemplo).
"El rossismo implica cuatro facultades y media de la UNT; una población importante que debe estar representada en el superior", indicó una alta fuente del grupo. La importancia en la integración del consejo superior radica en que quedaron temas abiertos, como la constitución de una comisión especial que ahonde sobre la rendición de cuentas del plan de obras ejecutado con fondos provenientes de los Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), rechazada en la última sesión, el 22 de abril.
Vale suponer que el cierre del proceso electoral de renovación total del gobierno de la UNT será de dientes apretados.
Pese a haber resultado vencido el martes, el sector que trabajó por el arribo de María Luisa Rossi de Hernández al rectorado tiene la posibilidad de impedir que el grupo afín al rector, Juan Alberto Cerisola, obtenga la mayoría especial del consejo superior.
Según las cifras que se registraron durante la elección de rector, el rossismo podría lograr entre siete y ocho de los 17 cargos que restan por elegirse en el órgano legislativo de gobierno de la UNT. El cálculo resulta de aplicar el porcentaje de votos que cada parte logró (menos los sufragios de los no docentes, que ya eligieron su delegado al superior) a las bancas en disputa.
Según había dicho el oficialismo antes de la asamblea, contaba con el aval de 11 de los 13 no docentes. Entonces, resulta válido restar 11 votos a los 89 que obtuvo el cerisolismo y dos a los 64 que logró oposición el martes. Así, contando sólo los votos de docentes, de alumnos y de graduados, el grupo de Cerisola habría ganado 78 a 62. Porcentualmente, estos 78 votos representan el 55% de los 141 votantes (los 154 consejeros que votaron, menos los 13 no docentes); los 62 votos rossistas significan el 44%.
Esos siete u ocho escaños, sumados a los cuatro decanos que se declararon cercanos a Rossi resultan un número valioso a la hora de votar temas que precisen, para su aprobación, la llamada mayoría especial (tres cuartas partes, por ejemplo).
"El rossismo implica cuatro facultades y media de la UNT; una población importante que debe estar representada en el superior", indicó una alta fuente del grupo. La importancia en la integración del consejo superior radica en que quedaron temas abiertos, como la constitución de una comisión especial que ahonde sobre la rendición de cuentas del plan de obras ejecutado con fondos provenientes de los Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), rechazada en la última sesión, el 22 de abril.
Vale suponer que el cierre del proceso electoral de renovación total del gobierno de la UNT será de dientes apretados.
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