09 Abril 2010
Durante la cosecha hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para ser más eficientes, evitando o disminuyendo al mínimo las pérdidas de granos, lo que se traduce en una pérdida económica para el productor y la cadena de bienes y servicios que lo rodean, sostuvo para LA GACETA Rural, el ingeniero Luis Vicini, referente del Programa Precop II del INTA.
El equipo que dirige el especialista elaboró un informe relacionado con la mayor eficiencia en la cosecha de soja. Del mismo se desprende que 'la mejor cosecha se logra a través de una buena planificación desde la siembra y su posterior manejo cultural'. Así, se obtiene un cultivo uniforme con características ideales, que facilita el trabajo de las cosechadoras y logra una mejor calidad y cantidad de granos, evitando daños que repercuten de manera negativa al momento de la comercialización e industrialización. Ricardo Rodríguez y Pablo Saleme -integrantes del grupo- y el propio Vicini sostienen que uno de los numerosos factores a tener en cuenta durante la cosecha son las "variables meteorológicas". Los antecedentes climatológicos de Tucumán (estadística 1967-2009 del INTA Famaillá) indican que los valores normales -medias- para abril son temperaturas de 19,2ºC, humedad relativa promedio del 85% y precipitaciones mensuales promedios de 99,5 mm. De acuerdo a datos recientes de la Sección Agrometeorología del INTA Famaillá, abril se caracterizaría por presentar temperaturas mínimas por debajo de las normales; además, se advierten probabilidades de precipitaciones durante la última semana del mes, sobre todo en la zona este y sudeste. Se trata de un importante dato a considerar, ya que el grueso de la cosecha se realiza después de la primera quincena. En caso de cumplirse el pronóstico, las lluvias ocasionarían algunos problemas durante la cosecha, relacionados con los contenidos de humedad de los granos, que se ubicarán muy por encima de los valores normales de recibo y/o comercialización. Ante esta situación, los técnicos recomiendan comenzar la cosecha con una humedad del grano del 16% para finalizar con el 13,5%, que es el porcentaje de comercialización. De esta manera, el productor no perderá kilogramos por sobresecado del grano. Cabe destacar que este último valor es el límite inferior de humedad para que el cultivo esté en condiciones de ser cosechado con bajas pérdidas y poco daño mecánico de los granos.
Cosechadora
En cuanto a la cosechadora, es fundamental controlar y calibrar los mecanismos desde la plataforma hasta el sistema de esparcido o desparramador, que debe cubrir todo el ancho de la plataforma generando una correcta distribución del material sobre todo el lote. Esto redundará en la sustentabilidad del mismo y en las siembras y producciones posteriores in situ.
Ante la presencia de granos húmedos en la cosecha, se deberá trabajar con velocidades de avance normales (entre 5 km/h y 6 km/h) para lograr reducir las pérdidas. En este caso, no se deben descuidar las separaciones entre el cilindro y cóncavo: en sojas húmedas lo ideal es de 18 mm adelante y 12 mm atrás, mientras que en sojas secas es de 25 mm adelante y 15 mm atrás. También es importante considerar las revoluciones por minuto (rpm) del 'cilindro trillador'; por ejemplo, si tenemos un cilindro trillador con un diámetro de 560 mm, en 'sojas húmedas' lo ideal es trabajar a 760 rpm aproximadamente, en tanto que en 'sojas secas' es a 430 rpm. Este concepto es aplicable a cualquiera de los sistemas de trilla utilizados, ya sea de tipo convencional u axial.
Además, durante la cosecha es conveniente realizar, en forma periódica, las evaluaciones de pérdidas a través de la "metodología del aro", propuesta por el INTA. Se trata de una herramienta sencilla, que da una idea clara y rápida de cómo está trabajando la cosechadora. Otro elemento muy utilizado en el campo son los "Kits de Evaluación de Granos Partidos en Soja", compuesto por una zaranda y un vaso graduado en porcentaje de granos partidos, a través del cuál se estima, de manera rápida y fácil, el porcentaje de los mismos. Esto permite corregir o subsanar el daño en tiempo real, disminuyendo las pérdidas, de manera inmediata, a través de las calibraciones del sistema de trilla y otros elementos de la máquina.
El equipo que dirige el especialista elaboró un informe relacionado con la mayor eficiencia en la cosecha de soja. Del mismo se desprende que 'la mejor cosecha se logra a través de una buena planificación desde la siembra y su posterior manejo cultural'. Así, se obtiene un cultivo uniforme con características ideales, que facilita el trabajo de las cosechadoras y logra una mejor calidad y cantidad de granos, evitando daños que repercuten de manera negativa al momento de la comercialización e industrialización. Ricardo Rodríguez y Pablo Saleme -integrantes del grupo- y el propio Vicini sostienen que uno de los numerosos factores a tener en cuenta durante la cosecha son las "variables meteorológicas". Los antecedentes climatológicos de Tucumán (estadística 1967-2009 del INTA Famaillá) indican que los valores normales -medias- para abril son temperaturas de 19,2ºC, humedad relativa promedio del 85% y precipitaciones mensuales promedios de 99,5 mm. De acuerdo a datos recientes de la Sección Agrometeorología del INTA Famaillá, abril se caracterizaría por presentar temperaturas mínimas por debajo de las normales; además, se advierten probabilidades de precipitaciones durante la última semana del mes, sobre todo en la zona este y sudeste. Se trata de un importante dato a considerar, ya que el grueso de la cosecha se realiza después de la primera quincena. En caso de cumplirse el pronóstico, las lluvias ocasionarían algunos problemas durante la cosecha, relacionados con los contenidos de humedad de los granos, que se ubicarán muy por encima de los valores normales de recibo y/o comercialización. Ante esta situación, los técnicos recomiendan comenzar la cosecha con una humedad del grano del 16% para finalizar con el 13,5%, que es el porcentaje de comercialización. De esta manera, el productor no perderá kilogramos por sobresecado del grano. Cabe destacar que este último valor es el límite inferior de humedad para que el cultivo esté en condiciones de ser cosechado con bajas pérdidas y poco daño mecánico de los granos.
Cosechadora
En cuanto a la cosechadora, es fundamental controlar y calibrar los mecanismos desde la plataforma hasta el sistema de esparcido o desparramador, que debe cubrir todo el ancho de la plataforma generando una correcta distribución del material sobre todo el lote. Esto redundará en la sustentabilidad del mismo y en las siembras y producciones posteriores in situ.
Ante la presencia de granos húmedos en la cosecha, se deberá trabajar con velocidades de avance normales (entre 5 km/h y 6 km/h) para lograr reducir las pérdidas. En este caso, no se deben descuidar las separaciones entre el cilindro y cóncavo: en sojas húmedas lo ideal es de 18 mm adelante y 12 mm atrás, mientras que en sojas secas es de 25 mm adelante y 15 mm atrás. También es importante considerar las revoluciones por minuto (rpm) del 'cilindro trillador'; por ejemplo, si tenemos un cilindro trillador con un diámetro de 560 mm, en 'sojas húmedas' lo ideal es trabajar a 760 rpm aproximadamente, en tanto que en 'sojas secas' es a 430 rpm. Este concepto es aplicable a cualquiera de los sistemas de trilla utilizados, ya sea de tipo convencional u axial.
Además, durante la cosecha es conveniente realizar, en forma periódica, las evaluaciones de pérdidas a través de la "metodología del aro", propuesta por el INTA. Se trata de una herramienta sencilla, que da una idea clara y rápida de cómo está trabajando la cosechadora. Otro elemento muy utilizado en el campo son los "Kits de Evaluación de Granos Partidos en Soja", compuesto por una zaranda y un vaso graduado en porcentaje de granos partidos, a través del cuál se estima, de manera rápida y fácil, el porcentaje de los mismos. Esto permite corregir o subsanar el daño en tiempo real, disminuyendo las pérdidas, de manera inmediata, a través de las calibraciones del sistema de trilla y otros elementos de la máquina.
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