Atlético fue víctima de una confabulación

La tormenta y la atajada de De Olivera perjudicaron al "decano", que ahora debe esperar.

A TODA MARCHA. Pereyra intenta desbordar por el carril derecho. Rosano quiere frenarlo, pero no puede. A TODA MARCHA. Pereyra intenta desbordar por el carril derecho. Rosano quiere frenarlo, pero no puede.
Leo Noli
Por Leo Noli 03 Abril 2010
Vibra la tribuna, explota el Monumental, Atlético espera por Racing para dar inicio a la batalla... Que en realidad terminó pasada por agua. A los 22 minutos y 34 segundos, Gabriel Favale tomó la correcta -aunque lenta- decisión de bajarle la persiana a un espectáculo imposible de disfrutar por los actores y por el público.
Fue tanta la cantidad de agua que bañó las costas del "José Fierro" que costaba reconocer las caras de los jugadores. Ni hablar entonces del juego. Trasladar la pelota era cosa seria. Cualquier falla, por mínima que fuera, podía convertirse en un tiro a la sien. Así fue como llegó el primer apunte de esta grilla de emociones violentas.
Granero intentó buscar a Páez atrás, pero su cesión salió en cámara lenta por culpa del agua. "Fito" intentó llegar a la pelota, pero Bieler le ganó la posición y probó los guantes de Ischuk. Las piernas de Villavicencio desviaron el pelotazo del delantero. Córner para Racing. De esa manera condicionó el agua este enfrentamiento no apto para cardíacos.
Había demasiadas cosas en juego para permitir que un factor externo arruinara un duelo limpio de 11 contra 11.
El vértigo del ida y vuelta se había tornado una constante. La "acadé" supo salir mejor parada en ese rubro gracias a la inteligencia de sus conductores. De hecho, también se acercó con mayor orden y peligro a los dominios de Ischuk. Donde falló el invitado fue en la definición.
¿Y del otro lado? Al dueño de casa le sobraron ganas y determinación para ir al frente. Es más, cuando Atlético se dio cuenta de que el partido estaba hecho a su medida, de un tiro libre frontal de Montiglio nació la chance más clara para ponerse en ventaja. Azconzábal quiso peinar el centro de "Monti", Yacob no lo dejó y Favale, sin dudar, marcó el punto penal.
El encargado de ejecutar la pena fue "Pulguita". Tomó aire, miró a De Olivera y disparó. Lástima por él: el arquero casi no se movió y le ahogó el grito. Como a toda la gente de Atlético, que deberá esperar hasta nuevo aviso para sacarse la espina con Racing. Porque después del penal ya no se jugó al fútbol: fue un concierto de errores en medio del aguacero.

Al equipo le sobró valor    
Racing salió desde el vamos a comerse al "decano". Sin embargo, el anfitrión no se dejó guapear y, mientras la lluvia se lo permitió, trasladó la pelota con inteligencia. Lástima lo del penal errado.

Así no se podía jugar

El temporal que azotó el Monumental será difícil de olvidar. Favale debió haber cortado mucho antes el juego. Después de los 10' la cancha no estaba en condiciones debido a las lagunas que se habían formado.

Borrón y cuenta nueva
Los "decanos" deben preparar cuanto antes el decisivo duelo del martes contra Tigre (a las 17). Regresar desde Victoria con algún punto será importantísimo. Mario Gómez y sus dirigidos apuntan a concretar ese objetivo.

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