El canje es la puerta a los mercados externos y una oportunidad para atraer inversiones

El diario Financial Times analiza, en un artículo titulado "Bienvenida de vuelta, Argentina", los alcances que tendrá la reapertura del canje. Asegura que para la presidenta, Cristina Kirchner, y para el país, el regreso "a los mercados de deuda internacionales puede ser perfecto".

POSITIVO. Los mercados reaccionaron favorablemente a todas las noticias vinculadas con el canje de la deuda argentina. DyN POSITIVO. Los mercados reaccionaron favorablemente a todas las noticias vinculadas con el canje de la deuda argentina. DyN
04 Abril 2010
El nuevo canje de deuda que lanzará la Argentina le permitirá al país salir definitivamente del cese de pagos y reabrir la puerta de los mercados internacionales para atraer inversiones. El canje prevé reemplazar deuda impaga remanente de la reestructuración de 2005, realizada cuatro años después de que Argentina declarara una histórica cesación de pagos por unos U$S 100.000 millones.

"Las perspectivas que se abren para Argentina son buenas, aunque su alcance dependerá del nivel de quita que se termine aplicando a los acreedores. Si la quita no es muy elevada, el rendimiento de los bonos va a bajar, con lo cual le va a facilitar a Argentina volver a los mercados a financiarse", dijo Alejandro Vinitzky, analista de la consultora financiera Maxinver. El economista Pablo Tigani, presidente de la consultora Hacer, vaticinó que el canje impulsará a la baja la tasa de interés de la deuda argentina y su nivel de "riesgo país", con lo que Argentina no sólo podrá regresar a los mercados financieros, sino además "atraer inversiones, que son la llave para un crecimiento a largo plazo".

El Financial Times analiza en un artículo titulado "Bienvenida de vuelta, Argentina" los alcances que tendrá la reapertura del canje. Asegura que para la presidenta Cristina Kirchner y para Argentina el regreso "a los mercados de deuda internacionales puede ser perfecto". La columna de opinión, sostiene que la Argentina "ha tenido muy mala suerte en su elección respecto a cuándo reingresar en buenos términos en la comunidad financiera mundial, y su pésima suerte podría continuar".

"Al ganar el enfrentamiento con los partidos de la oposición y su propio Banco Central respecto al uso de reservas como parte de un canje de deuda pendiente, la presidenta Kirchner enfrenta su obstáculo final: convencer a los "holdouts" de la escabrosa renegociación del año 2005 -quienes bloquearon el regreso de Argentina a los mercados de bonos- de aceptar nuevos títulos. Si los rumores de un descuento más leve de lo esperado son ciertos, Fernández de Kirchner triunfaría, pero en un momento duro inclusive para prestatarios soberanos confiables", afirma. "De la misma manera que cuando un dólar emergente hizo que fuera doloroso mantener el régimen de convertibilidad, los sucesos ajenos a su voluntad harán fracasar el objetivo de Cristina Fernández de mantener el interés de los bonos recientemente emitidos en un único dígito. Si la Argentina hubiera ofrecido mejores términos en su negociación original o en los siguientes dos años -cuando su economía estaba en auge y la tolerancia al riesgo era artificialmente alta-, este problema no habría existido. Ahora, cuando inclusive los países de la Unión Europea giran hacia prestamistas de última instancia, o la tasa de rendimiento norteamericana aflora a valores récords en muchos meses, la carga de la prueba de que no habrá más default es alta", agrega. "Por supuesto que los problemas de la Argentina son, y siempre han sido, mayormente de cosecha propia. Las políticas económicas erráticas en los años recientes no son la excepción, pero, con la descarga de adrenalina del boom de las commodities y con el previo rechazo a la deuda desdibujándose, Cristina Fernández tiene su propio cronograma en mente: las elecciones del año 2011. Para ella, sino para su país, el momento para regresar a los mercados de deuda internacionales puede ser perfecto", cierra el Financial Times.

Los problemas de la Argentina son, y siempre han sido, en gran medida internos. Las políticas económicas erráticas de los últimos años no son una excepción pero, con el recuerdo de la cesación de pagos desvaneciéndose de las memorias, Cristina Fernández tiene su propio cronograma en mente: las elecciones de 2011. Para ella, si no para el país, la oportunidad elegida para volver a los mercados internacionales de deuda puede ser perfecta.

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