CIUDAD DEL VATICANO, Roma.- La Santa Sede ha puesto a trabajar frenéticamente a sus abogados para preparar la defensa legal con que la Iglesia católica espera proteger al Papa Benedicto XVI de una demanda en Kentucky que busca su destitución. Las acusaciones de abusos sexuales por parte de religiosos en Estados Unidos han tomado tal magnitud que llegan a salpicar al propio jefe de la Iglesia.
Los defensores del Vaticano trazan una estrategia triple para que se desestime la demanda antes de que Benedicto llegue a ser interrogado o de que la Iglesia sea conminada a presentar documentos secretos. Para eso, argumentarán que el Pontífice tiene inmunidad como jefe de Estado, que los obispos estadounidenses que supervisaban a los religiosos abusadores no eran empleados del Vaticano y que un documento de 1962 no es la prueba decisiva de un encubrimiento.
Tres hombres que dicen haber sido abusados por sacerdotes interpusieron la demanda contra la Santa Sede en 2004, acusando a Roma de haber actuado con negligencia por no haber alertado a la Policía o al público sobre los sacerdotes que vejaron a menores en Kentucky. El diario "The New York Times" publicó un documento según el cual el Vaticano, en 1962, ordenó a los obispos que no reporten las causas.
El caso es significativo porque es el primero de varios en Estados Unidos que llega a la instancia de tener que determinar si las víctimas tienen un reclamo válido contra el Vaticano.
También en Florida
Otro llamado a declarar en la Justicia podría partir desde Florida. Un estudio de abogados del sur de ese estado informó que planea implicar al Vaticano y al Papa en una demanda contra un sacerdote acusado de abusar sexualmente de niños.
El diario mexicano "El Financiero" informó que la demanda, interpuesta contra la Arquidiócesis de Miami, sostiene que el Vaticano estaba al tanto de la mala conducta del reverendo Ernesto García-Rubio desde principios de 1968. Alegan que la diócesis fue negligente en su supervisión y en la asignación del reverendo. (Especial)