Los primeros pasos de la imprenta y el periodismo

Los primeros pasos de la imprenta y el periodismo

En 1801, un diario porteño.

01 Abril 2010
La primera imprenta que funcionó en lo que es hoy la Argentina, data de 1700. Fue construida por los jesuitas y los aborígenes, en las misiones guaraníes. Usando el papel como único material importado, la humilde prensa debutó con un Martirologio Romano, al que siguieron otras pequeñas publicaciones. Décadas más tarde, en Córdoba, los jesuitas trajeron una imprenta, en 1764, que estuvo muy activa hasta la expulsión de la Compañía. El virrey Vértiz la compró y la trajo en Buenos Aires en 1780. Allí la instalaría con la denominación de "Real Imprenta de Niños Expósitos", porque sus ganancias se destinaban a los huérfanos.

En cuanto al periodismo, data de 1801 el primer periódico editado aquí, por obra del español Francisco Antonio Cabello y Mesa. Se llamó Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata. Era órgano de la Sociedad Patriótica, Literaria y Económica fundada por este periodista. Se editó hasta octubre de 1802, fecha en que lo clausuró el virrey Joaquín del Pino, tras haber publicado 110 números.

Un mes antes del cierre, había aparecido el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, dirigido por el criollo Hipólito Vieytes. Difundía las doctrinas fisiocráticas europeas con un material que, según los estudiosos, "constituye la divulgación sistemática más intensa que de la Economía Política se haya realizado hasta esa fecha en el Río de la Plata".

En marzo de 1810, dos meses antes de la revolución, bajo la dirección del doctor Manuel Belgrano, empezó a editarse el Correo de Comercio de Buenos Aires: llegó a imprimir 52 números hasta febrero de 1811, fecha en que cesó su publicación. Las ideas del Correo eran similares a las del Semanario. Declaraba, como propósito, "el estudio de las ciencias, de las artes y de la historia". Se dedicó fervorosamente a predicar la necesidad de insuflar dinamismo a la agricultura, la industria y el comercio, y a exponer al público la forma en que estos temas se encaraban en Europa.

Expresan Tau Anzoátegui y Martiré que, "al compás de la prédica ilustrada del Río de la Plata, se difundió pronto una concepción distinta en materia económica que, unida a las nuevas ideas políticas imperantes por entonces, fue preparando la transformación profunda que se produjo en el Virreinato años después".

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