La forma de comercializar cereales requiere un debate

La forma de comercializar cereales requiere un debate

Un especialista precisó que la suba del precio mundial no genera rentas inusuales.

19 Marzo 2010
"Lo que pasa en el país no se puede entender. Hay que reflexionar sobre cómo se comercializan los cereales en la Argentina", indicó durante su exposición en el marco de la Agrosur 2010 el licenciado Raúl Dende. de la Federación de Acopiadores de Cereales "Con las medidas del Gobierno los molinos tienen asegurado el abastecimiento de trigo y los exportadores su cuota de participación. Pero no es posible que un funcionario decida quien puede vender", dijo.
Según Dende, esta situación genera un exceso de oferta sobre la demanda a corto plazo, y grandes dificultades para acceder al precio FAS teórico. "Se financia a los molinos para aumentar la demanda a corto plazo, pero está ausente la competencia y la puja entre sectores y dentro de ellos. Eso sí, existen las devoluciones de las retenciones a pequeños y medianos productores, lo que significa que hay un sistema de comercialización público y corporativo", explicó.
El Gobierno y los sectores exportador y molinero firmaron un acuerdo para incentivar las exportaciones de trigo y maíz, para generar la garantía de abastecimiento de trigo (6,5 millones de toneladas al año) y de maíz (8 millones de t), dando por supuesto buenos precios y abastecimiento.
"Los compradores pagarán el FAS teórico oficial -agregó Dende- el día hábil anterior a la facturación para el disponible, mientras que los futuros irán a precio de mercado. Idéntico precio se fija para las posibles ventas al mercado interno, en caso de que sea necesario su abastecimiento. Con este mecanismo de comercialización el fisco pierde unos U$S 325 millones, también los productores por el menor precio, se cae la producción y sube el precio del pan y los derivados del trigo".
Por otro lado, remarcó: "así ganan los consumidores "no pobres" y la cadena industrial de harinas y derivados, los exportadores de trigo y harina y los productores competidores de la Argentina".
"Esto es lamentable ya que un  abanico de la política argentina autodenominado progresista cree que el sector agropecuario es rentista, poco dinámico y la producción no responde al incentivo de los precios (inelasticidad). Creen que si suben los precios se generan rentas extraordinarias para el productor, sin aumentar la producción", subrayó.
Dende añadió que, además, desde ese sector creen que al transferir al productor los precios internacionales aumenta la pobreza y se desfinancia al Estado, que impone retenciones. Y dicen que si no se cierran los registros de exportación, el consumo local puede quedar desabastecido. "Hay que proteger la matriz de seguridad alimentaria. Eliminar o reducir las retenciones a las exportaciones para mejorar los precios de los productos agropecuarios producirá, invariablemente, un aumento de la pobreza y un desequilibrio fiscal", concluyó.

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