Consecuencias negativas

Punto de vista. Por Diego Lammoglia - Abogado, profesor en derecho penal

14 Marzo 2010
El comercio sexual tiene diversas implicancias en la sociedad, de acuerdo con la perspectiva desde donde se aborde este tema.

Desde el punto sociocultural, la prostitución es tolerada como una actividad marginal. Y digo tolerada por la gran oferta y demanda que existe en torno a ella.

Desde el punto de vista punitivo, el ejercicio de la prostitución no está legalmente considerado delito, aunque sí lo está la promoción o facilitación de esta actividad, lo que se agrava cuando están involucrados menores de edad.

Hay lugares -como Capital Federal- donde están regulados aspectos tales como la creación de una "zona roja". Allí se pueden ofrecer servicios sexuales públicamente, con lo que el Estado puede ejercer el control de esta actividad.

Sin embargo, el gran problema que plantea este tema son las consecuencias delictivas que muchas veces acarrea. Rufianismo (N. de la R.: quien lucra con el tráfico de mujeres), corrupción de menores y la trata de personas son aristas de una gravedad incuestionable y de difícil solución.

Lo señalado con anterioridad está vinculado necesariamente a la demanda que hay en esta actividad. Conocidos son los casos en donde mujeres, incluso menores, han sido privados de su libertad para ser sometidas al comercio sexual. En conclusión, el impacto negativo del ejercicio de la prostitución no está dado por el ejercicio en sí en cuanto "trabajo", sino por las probables consecuencias que acarrea para toda la sociedad. Allí están los mayores riesgos.

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