Perdido como turco en la neblina

San Martín no mejora en la cancha y obtener la victoria se hace imposible.

BIEN ATENTO. López sale a cortar un intento de vaselina de Mauricio Ferradas. El arquero entró poco en acción, pero siempre lo hizo muy bien. BIEN ATENTO. López sale a cortar un intento de "vaselina" de Mauricio Ferradas. El arquero entró poco en acción, pero siempre lo hizo muy bien.
Leo Noli
Por Leo Noli 06 Marzo 2010

Generalmente las ilusiones necesitan avivarse con espasmos de realidad. El hincha de San Martín se fue golpeado ayer a casa. Algo molesto, y quizás dolido por haber visto a su equipo deambular por una ruta sin escalas ni parajes para estacionar el coche, cargar combustible, estirar las piernas y seguir renovado el trayecto, hasta dar con el último puesto de control de este Rally Dakar que viven Roldán y compañía. Al "santo" no le sale una, o mejor dicho no pega una. Su fútbol es una simple intención de carreteo. Cuando debe despegar, el avión se achancha y el ritual debe empezar de cero. Así será muy complicado alcanzar el objetivo y pegarlo con voligoma.
La presentación del viernes por la noche era un momento ideal para borrar de la memoria el espantoso 0-1 del lunes con el "lobo" jujeño", patear la moto y salir disparado. Enfrente había un grupo agonizante con cuatro nocauts en fila. O sea, era el momento ideal de los tucumanos para levantar la nariz y salir a flote.
Pero ni cerca del acuse de recibo estuvo San Martín. Es más, los mendocinos fueron los primeros en animarse a probar con algo de certeza los seguros guantes de Julio César López.
Por la vereda del dueño de casa, apenas si hubo un ademán de toque y toque. Herrera volvió al 11 ideal pero casi no estuvo en el rectángulo, y no precisamente porque Roldán lo haya sacado al toque, sino por su falta de presencia y conducción de mitad de cancha hacia adelante. Visconti, con sus limitaciones a cuestas, hizo lo que pudo; Miguel Fernández ídem. En síntesis, flojito lo de los dos puntas "santos".
Todo hubiera sido distinto si Aldo hubiera capturado un buen centro a la carrera de Oreja. El lungo casi le dio a la bola como venía. Buscó el palo lejano de Carrera y su intento se fue por nada. También el destino hubiese sido otro si Mauricio Ferradas le hubiera pasado un poco más de tiza a su botín derecho para sentenciar una acción conjunta con Oscar Negri. El delantero buscó el palo opuesto de López, pero se olvidó de darle rosca al chute.
Esas deben haber sido dos de las cuatro - a lo sumo- movidas top de ambos bandos en los 90 minutos. Muy poco, es decir. En este a veces agrio fútbol nuestro de cada día, si tenés una, hay que asegurarla. Si no, el tiempo corre en contra y sólo queda espacio para los lamentos y las quejas por una mala noche, que parece no terminar jamás. Algo así como correr un Dakar en una Yuki Dribbling.

No levanta vuelo, carretea
Roldán probó estaba vez con Herrera como enlace, pero el cambio por Elvio Martínez, que ayer ni pisó la cancha, no surtió efecto. Con la garra de Oreja no basta para que los "santos" lleguen al área contraria y anoten.

El sueño se desvanece

El inicio de la segunda rueda de la "B" Nacional era fundamental para las aspiraciones de los de La Ciudadela de meterse en el pelotón de arriba. Sin embargo, en los cuatro partidos que van disputando de local apenas sacaron 4 puntos de 12 posibles.

Le falta pimienta
Los de Bolívar y Pellegrini apenas llevan tres goles a favor en estos seis cotejos que van jugando desde el reinicio del torneo. En cambio, sufrieron cinco tantos en contra. Roldán necesita encontrar el camino del gol; la cuesta se hace muy arriba.

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