El alumno superó al maestro

El alumno superó al maestro

La hora del análisis. Hace tiempo que los tucumanos vienen perdiendo terreno ante sus pares norteños. La derrota de los Naranjas golpeó duro en el parque. Para reflexionar.

UNA RAFAGA DE ALEGRIA. Alejandro Pérez Reid se dirige hacia el ingoal salteño para apoyar el único try que anotaron los tucumanos. UNA RAFAGA DE ALEGRIA. Alejandro Pérez Reid se dirige hacia el ingoal salteño para apoyar el único try que anotaron los tucumanos.
30 Marzo 2003
Cómo explicar lo que para muchos es inexplicable. La rica historia de Tucumán quedó atrás ante el presente, que golpeó duro en este 59º Campeonato Argentino. Porque Salta, justo Salta, el amigo, el vecino, el socio, el alumno.... fue el que dio la estocada decisiva y precipitó un final que se venía anunciando desde hace tiempo. La victoria de Salta por 14 a 13, en el mismo escenario que fue testigo de grandes contiendas, mandó a los Naranjas al descenso. Fue raro. Nadie entendía nada. Parecía un sueño (o una pesadilla, para ser más claros), pero era la realidad. Se había comenzado el proyecto pensando en el título y se terminaba un campeonato en lo más bajo, en el fondo, como nunca antes.
¿Vale la pena hablar del partido? Un duelo malísimo, trabado, enredado, impreciso. Un partido que Salta llevó al ritmo que más le convino. Fue como ver a Tucumán en la década del 80, porque Salta usó esa misma receta para ganarle al "más grande". Porque el alumno superó al maestro. O el hijo al padre. O como le guste más. "Les estamos muy agradecidos a los tucumanos, porque gracias a ellos hemos progresado en nuestro juego", no se cansan de destacar los rugbistas salteños ante las preguntas sobre su progreso.
Y Salta venía anunciando su crecimiento desde hace tiempo. Primero, con el título conseguido por Gimnasia en el 99. Y el año pasado con la campaña de la U en el Regional y en los distintos sevens, y con el título Argentino conseguido por los "bordó" en Paraná. La contracara fue la involución constante de los tucumanos en los distintos niveles. Aunque muchos no la quieran ver.
En el rugby se enseña a luchar contra la adversidad, y hoy Tucumán vivirá su prueba de fuego. En el rugby se enseña que tras las caídas hay que levantarse y seguir adelante. Y Tucumán debe asimilar esta lección. En el rugby se enseña que de "las derrotas también se aprende". Ojalá.
No es momento de hacer leña del árbol caído ni de buscar responsables (porque los hay). Ahora será cuestión de realizar un análisis profundo de este fracaso deportivo; hora de hacer el diagnóstico y de armar una estructura organizada que pueda catapultar otra vez a los Naranjas hacia arriba. Ojalá se aprenda la lección.(Por Tomás Gray)

Momento de tristeza
La verdad es que no sé por qué se llegó a esto, porque no convivo con el plantel. Sólo vengo viendo todos los partidos y nada más. Yo creo que es un momento de tristeza, un momento de calentura y un momento en el cual se mezclan un motón de cosas. Y creo que, ante la confusión, tiene que primar la reflexión y que hay que hacer borrón y cuenta nueva.
En esto siempre hay revancha. Hemos llegado a una situación impensada hace cuatro semanas. Hoy vemos una dura realidad y sobre esto hay que trabajar, porque material hay. Jamás hubiera pensado en el descenso, y menos con estos jugadores. Esto es para los fuertes, para los fuertes de espíritu, que son capaces de empezar de nuevo. No creo que sea ser débil estar triste o llorar. Los débiles son los que entran en el pesimismo y en la crítica fácil. En lo que respecta al partido, se vio a un equipo de Salta que tuvo un buen control del juego, frente a un Tucumán que no pudo hacer nada. Fue un partido en el que ambos se mantuvieron tan cerca en el tanteador que pudo haber sido para cualquiera de los dos.(Por Guillermo Lamarca, ex entrenador de Tucumán)

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