Una tucumana quiere lucir la corona de la más bella del país

Anabel Orellana, de 24 años, competirá por el cetro nacional, para pelear luego por el trono de Miss Mundo. La joven es tímida, pero decidida. La importancia del respaldo familiar.

DECIDIDA Y SENSUAL. A pesar de su desenvoltura y de su impactante figura, Anabel Orellana asegura que es tímida. LA GACETA / ANTONIO FERRONI DECIDIDA Y SENSUAL. A pesar de su desenvoltura y de su impactante figura, Anabel Orellana asegura que es tímida. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
24 Noviembre 2009
Su belleza y su desenvoltura para hablar, caminar o gesticular, son avasallantes. Pero ella insiste en que es tímida, y que si no fuera por el insistente impulso de su familia, no llevaría miles de kilómetros de pasarela recorridos. Así es Anabel Orellana, la escultural tucumana que el 2 de diciembre representará a la provincia en la elección de Miss Argentina para la competencia internacional de Miss Mundo.
Anabel, de 24 años, se involucró en el mundo de la moda a los 14 años, impulsada por su padre, quien la inscribió en el concurso de elección de la Reina de Cebil Redondo, localidad en la que viven. "Gané ahí, y después fui Reina de los Estudiantes, princesa Nacional del Limón... y luego entré a la agencia New Face", relata.
La modelo, que estudia Derecho en la UNT y Administración de Empresas, cuenta que desde pequeña jugaba y soñaba con ser modelo, pero que siempre tuvo vergüenza y miedo. "Fue mi papá de alguna manera el que me impulsó", dice sonriendo con su inquietante mirada.

El dominio
"Todavía tengo mucha timidez; pero ahora domino yo, no ella, y estar compitiendo por Miss Argentina es lo máximo", explica esta joven de 1,72 metro y medidas perfectas: 90-64-96.
En su declamada inseguridad, que no se condice con su expresividad, Anabel sostiene que siempre tuvo poca fe al presentarse a concursos. "La familia me anima mucho", explica. Y su madre, Carmen Gutiérrez, lo explica mejor: "presumimos con ella".
Incluso al enviar sus fotos y datos para el concurso nacional de belleza no tenía confianza en el resultado.
 "Ya me había olvidado del asunto, hasta que el 4 de noviembre me llamaron por teléfono... yo estaba en el ómnibus, volviendo a mi casa, y me puse muy contenta", dice, midiendo sus expresiones y emociones.
Más allá de eso, sabe que el próximo desafío que debe enfrentar en su carrera no es fácil. "Va a ser dura la pelea, porque en Miss Argentina son todas chicas muy lindas y todas queremos ganar", confirma.
Anabel está de novia hace un año y medio, pero aclara que él no es celoso. Los problemas, en ese sentido, los tiene con su hermano mayor, que es "muy cuida".
De hecho, juntos practicaron durante mucho tiempo artes marciales, y ese es el talento que Anabel piensa mostrar en el concurso de ser necesario. "Hice taekwondo y kung fu para defenderme... por suerte todavía no hizo falta usar nada de eso", comenta y vuelve a sonreír.
Además de desfilar en traje de baño y de noche, tiene que pasar una prueba de cultura general y otra de habilidades personales.
Anabel sabe que, en caso de ganar en Buenos Aires, la corona mundial será su nuevo desafío, y que deberá prepararse para ello. Pero todavía no es momento para preocuparse, sino para concentrarse en este paso que para su carrera es clave.

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