Los enardecidos discursos de los oradores durante la Marcha de las Antorchas que realizó ayer el personal de la salud cerraron una semana de cruces verbales entre los autoconvocados y el Gobierno. Mientras los primeros denunciaban sus bajos salarios, el Poder Ejecutivo intentó demostrar que ganaban más de lo que decían. Pero lo que molestó sobremanera a los trabajadores de la salud fue la acusación del gobernador, José Alperovich, de que ellos tienen de rehenes a los pobres. También recordaron la presencia policial de la semana pasada en los hospitales. Asimismo, sostuvieron que sí hay plata, pero que el Gobierno no quiere destinarla a sueldos. Pese a los cuestionamientos tanto Alperovich como los autoconvocados, según la delegada Adriana Bueno, tienen expectativas de una buena negociación durante el encuentro del lunes en el arzobispado.