En el laboratorio de La Bandada se mezcla todo

La idea es que Tucumán sigue siendo un laboratorio cultural, y como alquimistas, los cuatro integrantes de La Bandada van mezclando elementos, probando, revisando detalles y buscando el resultado deseado. Así se mueven cuando trabajan un tema, graban un disco o cuando preparan un show, una gira o pelean por un espacio importante en el escenario del festival de Cosquín.
Lo experimental, lo distinto de La Bandada no pasa sólo por lo musical, que tiene mucho de eso, sino también por la puesta en escena, que parece alejarse del folclore cuando suben al escenario los músicos ataviados con enteritos de colores o cuando saltan y se mueven con soltura circense.
"En todo el país hay un gran reconocimiento de lo que se produce en Tucumán, tanto en el folclore como en el rock y otros géneros", explicó Carlos "Cuchara" Contreras, violinista y cantante del grupo.
"Todos los artistas tenemos algo para aportar, y eso se reconoce", agregó su hermano, Sergio "Cabudo" Contreras, percusionista y también cantante del combo.
Es por eso que el grupo está decidido a empujar todas las puertas posibles hasta abrirlas. "Estamos trabajando fuerte para estar en horario central en Cosquín, con la idea de tocar con músicos y cantantes tucumanos, y especialmente con la participación de ballets, para que se vea en todo el país lo que se está haciendo acá", comentó el "Cabudo".
"Cuchara" dijo que el objetivo central es que el espacio sea para Tucumán, aunque no sean ellos los que terminen subiendo al escenario. Con el mismo espíritu, apoyan la movida de otros músicos que buscan recursos para poder montar la peña tucumana en el festival folclórico más importante del país. "Hoy, que La Bandada sea famosa le sirve sólo a La Bandada. Pero si empujamos todos juntos, le va a servir a toda la provincia y a sus artistas", agregó el histriónico percusionista.
"Nosotros ya tenemos asegurada la participación en varias de las peñas más importantes, pero nos gustaría que por fin Tucumán tuviera la suya propia, con una presencia fuerte que permita difundir a nuestros artistas, a sus discos y también a la provincia como destino turístico, que es lo que hacen las demás delegaciones", confirmó el "Cabudo". Paralelamente, y mientras se abre paso en Buenos Aires, donde está radicada la mitad del grupo, La Bandada sigue presentando su disco "Baile de campo" (grabado en Raco) en diferentes provincias y en Bolivia, se prepara para un verano con todo. Ya tienen agendados recitales en varios de los festivales más importantes del país, incluyendo los tucumanos, y también se alistan para trabajar en su nuevo disco.
En el aspecto musical, el laboratorio de La Bandada se propone rescatar y difundir danzas, y allí radica el interés que muestran en su material academias de baile de todo el país. "Desde los 50 años que no se grababan danzas en Argentina, y hay cerca de 200 ritmos diferentes... los últimos en hacerlo fueron los hermanos Abalos", explicó el "Cabudo".
Y fue en su laboratorio, en el que también aportan los alquimistas Daniel Chumba (guitarra) y Darío "Ciego" Jozami (bandoneón), donde se cocinó un nuevo sonido, bautizado en "Baile de campo" como "La chacarantela". De alguna manera, los músicos necesitaban algún tipo de confirmación antes de presentar esta mixtura alegre de bailes, y la consiguieron con Vitillito Abalos, integrante de aquel famoso grupo que formó con sus hermanos santiagueños, y que hizo el tema "Gatito de Tchaikovsky", con el mismo espíritu experimental. "Le gustó tanto, que pidió participar, y es él el presentador del tema en el disco", contó "Cuchara".