Se empacharon de fútbol y quedaron contentos

Se empacharon de fútbol y quedaron contentos

La transmisión del inicio del Torneo Apertura por un canal de aire modificó los hábitos de fin de semana de miles de tucumanos. Video.

25 Agosto 2009
"Cuando uno ve fútbol, parte de la base de que tiene que ganar su equipo: es que en el fútbol juegan elementos de identificación muy parecidos a las identificaciones políticas, propias de los fenómenos de masas", opina el psicólogo Juan Garbero, acercando algunas claves para entender por qué la redonda despierta tantas pasiones.
"El fútbol es un deporte, pero también es un fenómeno económico con reminiscencias del circo romano, con fuerte impacto sobre las masas", afirma Garbero.
La realidad le da la razón al licenciado Garbero: este fin de semana, los tucumanos pudieron ver en sesiones maratónicas más de 20 horas de fútbol del Torneo Apertura  por un canal público de Tucumán, el 10. Muchos lo hicieron en sus casas, y no en los bares que tienen sistema "Premium" y en los que los futboleros solían reunirse en barras  multitudinarias para seguir a sus equipos favoritos. Hasta hace un par de semanas, los partidos importantes sólo eran televisados por sistema prepago, a través del cable. Desde este fin de semana, los tucumanos se dieron un "panzazo" de fútbol, por canal de aire.

Bares vacíos

Esa realidad impactó tanto en los bares- muchos de los cuales se quedaron sin parroquianos, como en los hogares. Los populares locales de avenida Mitre al 800, como "Bar Milano" y "La Fonda", por ejemplo, los fines de semana solían estar atestados de gente.
Sin embargo, este fin de semana la concurrrencia bajó en un 90 %", según comentaron a LA GACETA sus responsables Luis y Alfredo.
Sin embargo, ese dato contrasta con la opinión de Humberto Neme, presidente de la Unión de Hoteles, Restaurantes, Bares y Afines, que aseguró que nada cambió en los sitios céntricos, y que en "La Leñita" muchos grupos de amigos se juntaron para ver los partidos, como de costumbre. Para nosotros el fútbol es un elemento adicional que suma, jamás resta. Vamos a ver qué pasa más adelante", expresó.
En el bar "Camboriú", de avenida Benjamín Aráoz y Brígido Terán, el fin de semana pasado no fue como los anteriores.
"Vinieron rostros nuevos, faltaron los conocidos; fue un público distinto", dijo el encargado Federico Casal. Pero está esperanzado de que cuando se jueguen partidos importantes sus clientes vuelvan. "Mirar una competencia en soledad no es lo mismo que estar acompañado de amigos", opinó".
"Es una comodidad. No hace falta ir a un bar o tener videocable. Vi casi todos los partidos; muchos, junto con mis hijos",  le dijo a LA GACETA José Carlos Aguilera, de Río Seco.

El control remoto

En vez de salir a pasear, Félix Vicente Barraza y su esposa Juana Garrido aprovecharon para quedarse en casa y vieron juntos algo de fútbol. "Aunque a ella no le gusta, a veces, ve un poco conmigo para acompañarme. De los diez partidos vimos cuatro", contó Barraza.
En la casa de Jorge Darío Palavecino también se vio fútbol. "Vi tres partidos. No fui el dueño del control remoto porque tenemos otros televisores así que mi señora puede ver otro programa  en otra parte de la casa", afirmó Palavecino.
Sin embargo, hasta los fanáticos    reconocen que tanta redonda puede llegar a cansar.
 Aunque fue futbolista y le encanta el fùtbol, Marcos González opinó que demasiado fútbol puede generar hartazgo. "Ver algunos partidos es entretenido, pero también lo son las películas y los informativos. No es necesario que se vean todos los partidos porque cansa", observó.

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