Estudiantes falló en el área de Cruzeiro

La primera final finalizó 0 a 0 en La Plata y el título se definirá la próxima semana en Brasil.

GOLPEADO. Verón domina el balón, Marquinhos presiona. La Bruja recibió un codazo tremendo en la cara. DYN GOLPEADO. Verón domina el balón, Marquinhos presiona. La "Bruja" recibió un codazo tremendo en la cara. DYN
09 Julio 2009
LA PLATA.- Buscó y buscó, pero nunca llegó a la red visitante. Estudiantes chocó con la solidez del arquero Fabio y no consiguió sacar ventajas en la primera final de la Copa Libertadores. El "pincha" y Cruzeiro igualaron sin goles y todo se definirá el miércoles en Belo Horizonte, donde se jugará la revancha.
El empate dejó mejor parados a los brasileños, pero el "pincha" ya demostró que también juega bien de visitante.
Estudiantes ejerció presión en el inicio y generó dos jugadas de riesgo durante el primer cuarto de hora. En ambas se lució Fabio: primero rechazó al córner un tiro libre de Verón y luego neutralizó un bombazo de Enzo Pérez.
A partir de entonces el "león" cayó en la telaraña que tejieron los volantes brasileños. En los últimos 15 minutos volvió a crecer el local, pero le faltó claridad. Trató de aprovechar alguna pelota parada, pero no tuvo fortuna. Y en las pocas veces que Benítez y Fernández pudieron juntarse por izquierda, "La Gata" lanzó centros que murieron en la cabeza de los dos marcadores centrales de Cruzeiro, de muy buena labor.
Volvió a presionar Estudiantes en el inicio del segundo tiempo y estuvo cerca en dos oportunidades, en menos de un minuto. El local fue más, pero no le encontró la vuelta al fondo brasileño y sobre el final casi se queda con las manos vacías. Kleber desperdició el gol con Mariano Andújar en el piso. (Especial-DyN)

Análisis
La culpa la  tiene Fabio
Por Leo Noli - Redacción de LA GACETA.

La "Bruja" deja la escoba pegada a la banda derecha, lustra con ganas su botín derecho, apunta y tira. Nada. Tozudo, el mandamás de este "pincha" cazador de hazañas vuelve a probar... El gol, un canto tan dulce y atractivo como el de una sirena, desde el minuto cero hasta el 93 fue una cuenta pendiente para el local. Y todo por culpa del hombre elástico tuneado con protector bucal y corte mohicano, conocido por el nombre de Fabio. Un talento nato, dirán los especialistas, pues anoche fue el villano de turno que Estudiantes no pudo ni supo quebrar. Ni Juan Sebastián ni Boselli ni Fernández ni Salgueiro... En síntesis, nadie venció a la estrellita visitante, incapaz de entregar mal el balón y mucho menos de cometer un barbarazo. Algo que sí le pasó a Kleber sobre el final, cuando definió (solo contra el mundo) con la pantufla de la abuela y desperdició la jugada más clara del partido y de Cruzeiro. Los brasileños podrían haber regresado a casa con tres cuartos de Copa bajo el brazo. Con seguridad, en La Plata hoy se hablará de héroes y de villanos. Se hablará de Fabio.

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