Luis Scola

Han pasado ya 11 años desde que Luis Scola dejó la Argentina para ganarse su lugar en el mundo del básquet. Se marchó siendo un adolescente tímido, poco amigo de las palabras, las luces y los micrófonos. Ahora, en cada regreso al país, se lo ve diferente: está maduro, no esquiva respuestas, se hace cargo del lugar que ocupa y, tranquilo y contundente a la vez, no deja dudas en sus opiniones. Por Alejandro Klappenbach - Especial para LA GACETA

05 Julio 2009

1) Varios consagrados fueron alcanzapelotas cuando eran jóvenes. ¿Qué recordás de aquellos tiempos?
Fue durante el Mundial de 1990 En el Luna Park me saqué fotos con todos y se me veló el rollo, todavía no lo puedo creer. Me quedaron sólo las de Oscar y Drazen Petrovic. Fue una gran experiencia. Jugaron Alonzo Mourning, Vlade Divac, Toni Kukoc, y Romay y Villacampa, dos jugadores españoles a los que admiraba.

2) ¿Pudiste contárselo a alguno de ellos?
Si. Cuando jugué en España se lo conté a Epi (Juan Antonio San Epifanio). A Fernando Romay le dije que me quedé con las ganas de que me regalara la muñequera que le había pedido. A Oscar, el histórico jugador brasileño, se lo conté durante el Mundial de Indianápolis.

3) ¿A quién admirabas?
A Larry Bird y a Tim Duncan por supuesto, pero Oscar fue mi ídolo. Admiraba su estilo de juego, sus tiros y su personalidad. Fue un monstruo.

4) ¿Te hubiera gustado jugar como él?
En eso elijo a Duncan o a Bird. Son más parecidos de lo que la gente puede imaginarse. Ninguno es espectacular ni superatlético, son ultracompetitivos y talentosos, tienen muchos puntos en común.

5) ¿Imaginás qué habría pasado con vos de no haber sido jugador profesional?
Jamás lo pensé. El básquet estuvo en mi cabeza desde que tengo memoria. Mis gustos fuera del juego y de la profesión pasan por darle tiempo a mi familia. Fuera de eso me encantan la arquitectura y la ingeniería, me fascina leer, me gustan los idiomas. Son cosas que dejé de lado por necesidad, pero que me parecen importantes.

6) Tu papá también fue jugador, y muchas horas de tu infancia transcurrieron al costado de una cancha?
¡Estaba medio loco! Yo tenía 10 años y decía que iba a ser campeón del mundo. Todos se reían y tenían razón. Estaba convencido de que sería el primer argentino en llegar a la NBA, algo absolutamente irrelevante como objetivo. Me recuerdo a mí mismo con la decisión absoluta de dejar todo para ser jugador profesional, eso me marcó desde siempre. En mi caso se terminó dando, pero no es lo más sano. La lógica, en la mayoría de los casos, hace que todo termine distinto y muchas veces con una carga de frustración difícil de sobrellevar.

7) ¿Qué es la Selección en tu vida?
Sólo puedo decir que me da satisfacción, que es de las cosas que más me gustan en el básquet. No soy de poner palabras grandiosas en mi boca, por lindas o convenientes que suenen. Si digo que por la Selección dejo todo o vengo hasta nadando, no me sentiría yo. No critico a quien lo dice, ni en mi deporte ni en los otros. Pero si después por equis circunstancia no puedo venir, ¿qué onda? Las decisiones tienen que tomarse en los momentos justos y no mucho tiempo antes, con frases lindas y tribuneras. La Selección me encanta, juego por eso. Me prestigia en lo profesional, me divierte y me hace bien como persona, me da buenos torneos para competir, y me siento identificado con su historia y con sus objetivos. Pero puede darse una circunstancia que me obligue a faltar alguna vez. ¡Los superhéroes no existen!

8) ¿En Houston te pidieron que no juegues el Premundial?
No. La decisión de estar fue mía. De haber estado lesionado, quizá la postura del equipo habría sido otra. En mi caso, por mis características físicas, no es bueno que pare durante cuatro meses, me cuesta mucho recuperar ritmo. Cada jugador es un caso diferente; de más esta decir que entiendo lo de Ginóbili.

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9) Las ausencias para el Premundial son muchas. ¿Qué equipo va a presentar Argentina?
Uno muy competitivo, más allá de los nombres. Los ausentes apoyarán desde afuera, los designados aportarán lo suyo y tendremos un grupo a la altura de las circunstancias.

10) ¿Sentís que algún jugador debió haber actuado más en la Selección?
Walter Herrmann es uno. Hugo Sconochini es otro, hubiese sido fantástico disfrutarlo más en la Selección, más allá de que estuvo en Indianápolis y en Atenas. Es el jugador argentino por excelencia. Se me ocurre Pablo Prigioni, que ahora es una fija, pero quizá debió haber participado antes de los procesos. Pancho Jasen...

11) Sos el máximo anotador de la historia de la Euroliga. ¿Tenemos conciencia en el país de la dimensión de ese logro?
Nos guste o no a los que la jugamos, en la Argentina importa muy poco lo que pasa en la Euroliga. La repercusión es pequeña; es así, no está ni bien ni mal. Respecto del mérito es relativo, porque es un torneo bastante nuevo. Independientemente de esto, para mí fue importante, algo con lo que jamás hubiese soñado.

12) ¿Te sorprenden tus estadísticas 2008-2009? Asistencia perfecta por segundo año consecutivo, más de 30 minutos por juego, casi 13 puntos, casi nueve rebotes?
Fue una buena temporada. El tema de no faltar depende mucho de la suerte, no es algo para tener muy en cuenta. Sí puedo decir que físicamente me sentí muy bien en esta campaña, mejor que en la anterior. La franquicia armó un equipo para crecer, yo tuve un rol más influyente en el funcionamiento y en la toma de decisiones. Crecí dentro del grupo, en el vestuario, afuera de la cancha. Todo bien, pero quiero más.

13) ¿Cuál es tu mayor virtud técnica?
Para la NBA me falta poder atlético; en realidad fue así a lo largo de mi carrera. Eso me obligó a mejorar los movimientos de mis pies y mis giros. Debí buscar una forma distinta de superar a los rivales, porque no podía hacerlo con el salto.

14) ¿Hay algún punto de tu juego en el que estés trabajando de manera especial?
El uso de la mano izquierda. La NBA tiene mucho estudio, los rivales no son tontos y a mi me tapan el lado derecho para obligarme a resolver con el perfil menos hábil.

15) Te fuiste muy joven a España. ¿Llegaste tarde a la NBA?
Siempre pensé que podía mudarme antes, pero las cosas se dieron de esa forma. Me frustraba esperar más y perderme lo que estaba haciendo San Antonio (fue elegido por la franquicia en 2002). Me hubiese encantado integrar ese equipo, conseguir los títulos y respirar la mística que construyeron. Más allá de esa situación, tantas temporadas en Europa me dieron experiencia, madurez, minutos, estadísticas... Aproveché la oportunidad, aunque pretendiera una diferente.

16) ¿Alguien te falló en ese tiempo?
No. Los dirigentes y el cuerpo técnico de San Antonio fueron siempre muy respetuosos, absolutamente correctos y profesionales, y en algún punto me sirvieron de inspiración. Una vez, antes de una final de la Copa del Rey, use un mail en el que me informaban que esperarían una temporada más para contratarme como disparador de mi motivación.

17) Si pensás en lo que te pidió el entrenador cuando llegaste a Houston, ¿cambió mucho sus exigencias para la segunda temporada?
Rick Adelman es un tipo muy agradable. Desde que llegué me pidió actitud y mucho movimiento, que pensara y actuara como un jugador dinámico, y que intentara trabajar como el complemento de Yao Ming. Me pidió atención a la doble marca sobre Yao. Ese fue el pedido para el primer partido, y sigue siendo muy parecido en estos días.

18) Que Yao Ming pueda faltar en la temporada próxima por una lesión, ¿condiciona las expectativas?
Sin dudas Yao es el jugador más importante que tenemos y su eventual ausencia no será un tema menor, pero prefiero no adelantarme a los hechos. Además, mi cabeza ahora está puesta en la Selección, ya habrá tiempo para volver a pensar en Houston

19) ¿En qué cosas se nota la dimensión NBA?
En la exigencia mental y física. Llegás a jugar hasta cinco partidos en una semana, el ritmo es tremendo, no es fácil acostumbrarse. A mí me gusta mucho, es la mejor manera de estar en plenitud física.

20) Fuera de los nombres obvios, los que se destacan y son presentados por la prensa como los mejores del mundo, ¿hay alguien que te haya sorprendido?
David West, de New Orleans. Está al nivel de Garnett y de Duncan, aunque se lo nombre poco y nada porque no se lo considera un jugador de elite. Me costó mucho marcarlo, y también superarlo cuando yo tenía la pelota. Es muy activo, muy talentoso, muy intenso para jugar.

21) ¿Cómo es el avión de un equipo de la NBA?
Igual que una primera clase de línea comercial. Todos los asientos se hacen cama, todo el avión es lujoso. Hay azafatas exclusivas, elegís tu comida de antemano, hay una mesa de comida cuando entrás. El trato es súper personalizado. Es mas fácil que así sea, porque los pasajeros somos siempre los mismos, nos conocen muy bien.

22) Suele decirse que los jugadores americanos son un tanto fríos fuera de la cancha?
La vida social entre compañeros es acotada porque el poco tiempo libre que te queda lo pasás con tu gente. Si nos toca dormir en otra ciudad, salgo a cenar con Brent Barry, con Shane Battier, con el grupo de colaboradores. Y hay costumbres particulares de cada equipo. San Antonio, por ejemplo, cierra un restaurante para el equipo, aunque no es obligatorio ir a comer ahí. El que quiere lo hace en otro lado, el que tiene ganas se va a dormir. Aunque en general van casi todos.

23) A partir del éxito de ustedes, ¿se habla de un sello argentino en la NBA?
Falta mucho para hablar de una influencia o de una característica que quede como sello. Nos tienen en cuenta individualmente, con las virtudes, defectos y características de cada uno, pero eso no alcanza para generalizar y hablar de un estilo argentino. Acá se vive de otra manera, estamos en los diarios todos los días; allá queda claro que somos apenas cinco jugadores entre muchos más. Y las superestrellas son estadounidenses.

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24) ¿Cambiarías algo del reglamento?
Unificaría las diferencias. Deberían juntarse los dirigentes de NBA y FIBA y ponerse de acuerdo para aunar criterios y reglamentaciones. Sería mejor para el básquet en general. Medidas, tiempos, pelotas, infracciones, todo tendría que ser igual en cualquier cancha de básquet del mundo. Es difícil, porque cada uno defiende lo que le hace bien a su negocio. La NBA piensa más en el espectáculo, la FIBA privilegia el juego, y muchas veces las prioridades son antagónicas.

25) ¿Qué llevarías del básquet argentino a Europa y a la NBA?
Son tres ámbitos muy distintos, tres formas de vivir este deporte. Estados Unidos es deporte y negocio, el profesionalismo es absoluto y se optimiza el manejo del dinero y el marketing. Además, el jugador tiene una tremenda demanda fuera de la cancha, donde es un embajador permanente de su franquicia. En Europa la profesionalidad es muy alta pero deja un poquito de lugar para la pasión. La gente se enoja y amarga si su equipo pierde. En Argentina nos falta mucho en materia de estructura y seriedad profesional, y la pasión es enorme, mucha veces excesiva. Resulta mucho mas difícil jugar de visitante acá que en Europa y la NBA. Por eso llevaría el sentimiento argentino a la NBA y traería un montón de cosas desde Estados Unidos y Europa a nuestra Liga.

26) ¿Algún personaje famoso te pidió una foto?
George Bush padre. Preguntaste famoso, no agradable (risas).

27) Contame alguna situación en la que te hubiese gustado tener una estatura normal?
En la pubertad me sentía diferente; me cargaban y no me gustaba. Ahora no sólo no me disgusta sino que lo disfruto, y me encantaría tener cinco centímetros más. Era un problema agacharme en cada puerta, lo sentía como una humillación. Conseguir zapatillas era difícil, siempre estaba con la misma ropa y no era la que estaba de moda. En ese momento era un problema tener que usar siempre las botitas altas de básquet, llegaba un momento que no las quería ni ver.

28) ¿Podrías distinguir algún momento de tu carrera en el que hayas sentido "llegué"?
Intento no sentir que llegué, pienso que puede ser el principio del estancamiento, pero he tenido muchos momentos dulces, en los que la sensación de plenitud es total. La medalla dorada en Atenas, el primer partido en la NBA, la final de la Euroliga, el MVP de la Liga española...

29) ¿Qué es lo más te costó creer: ¿ser subcampeón mundial en Indianápolis, campeón en Atenas o ganarle un segundo partido al Dream Team?
Los tres hechos fueron especiales, son todos de los más importantes de la historia de nuestro básquet. Si me obligás a que elegir uno en mi carrera, me quedo con la primera victoria sobre el Dream Team, en Indianápolis. No entendés nada... Me acuerdo de que siempre fuimos de discutir con Nocioni, si él decía blanco yo decía negro y viceversa. Chapu sostenía que ganarle a Estados Unidos era imposible, y yo que podíamos, pero no lo creía, sólo quería llevarle la contra. Después de perder la final del Mundial pensé que no iba a presentarse otra oportunidad como esa. Y llegó Atenas. Y después, el bronce de Beijing.

30) ¿Hay alguien muy importante fuera del ambiente del básquet para vos?
Mi viejo. Las razones las tienen muy claras él y todos quienes deben conocerlas.
 

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