
AL FRENTE. El centro Gabriel Ascárate anotó 10 puntos para los “naranjas”. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO

Mientras los jugadores “naranjas” permanecieron en el campo, felices por la victoria, los integrantes de las “águilas” se fueron rápidamente al vestuario. Sólo se quedaron Pablo Gambarini y Miguel de Achával.
“Fue un partido muy trabado y táctico; jugamos con prolijidad y gran defensa. La concentración y el scrum fueron claves para vencer a Buenos Aires ”, comentó el medio scrum “naranja” Luis Castillo.
“Sabíamos que íbamos a definirlo con los forwards y presionando en todos los sectores de la cancha. Cuando nos encontramos abajo en el marcador no nos desesperamos; aunque hay que corregir algunos detalles como la marca, el equipo jugó bien en todas las líneas. Por suerte nos salió lo que practicamos durante la semana”, destacó el fullback Alvaro López González.
“Esperábamos un choque bastante difícil, ya que Buenos Aires tiene los mejores jugadores del torneo. Sin embargo, salimos a jugar el todo por el todo y pudimos vencerlos”, resaltó Gabriel Ascárate.
“Fue el partido más duro que jugué en mi vida. Con Córdoba será una final muy linda, pero este fue increíble. Fue importante comenzar ganando”, añadió el centro.
“Fue un choque muy intenso y se jugó con muchos nervios. Respetamos el libreto los 80 minutos, por eso logramos ganar”, analizó el hooker “naranja” Juan Avila.
“Fue durísimo, muy peleado; estuvo para cualquiera de los dos, pero Tucumán supo definirlo al final. Les deseo mucha suerte la semana que viene”, declaró el tucumano Pablo Gambarini, hooker del CASI.
“Lo teníamos controlado, pero al final cometimos errores que nos costaron el partido. Tucumán se lo merecía, viene luchando desde hace tiempo”, añadió Gambarini.
“Hicimos un gran primer tiempo, pero Tucumán nos arrinconó y pudo marcar. El árbitro ayudó un poquito. No fue justo; a la hora de medir los fallos no sabíamos qué parámetros usar para marcar”, comentó Miguel de Achával, tercera línea de las “águilas”.







