

Muchas veces, para encontrar las pequeñas soluciones a los grandes problemas, hay que recurrir a la historia. Al menos, así lo entiende el ex director de Auditoría Fiscal de la Dirección General Impositiva (DGI) y ex jefe de "Los Intocables", Luis María Peña. Es la estrategia que, a su parecer, está siguiendo el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. "Está aplicando los principios básicos del sistema tributario que hace 200 años declamaba Adam Smith: la equidad y la justicia en las cargas tributarias", explicó el experto en una entrevista concedida a LA GACETA. Peña indicó que la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner instrumenta medidas que van en contra de los criterios impositivos mundiales.
-¿Cómo debería ser la política tributaria en tiempos críticos como los actuales?
-Obama, con su decisión de recortar impuestos al 95% de los contribuyentes estadounidenses y subirle a los más ricos, representa el criterio. La Argentina es lo opuesto y contradictorio. El Presidente de EEUU evidentemente está aplicando los principios propios para la situación actual, no sólo circunscripta a su país, sino a todo el mundo. En materia fiscal, Obama está instrumentando los principios impulsados por Adam Smith hace 200 años, que es la equidad y la igualdad, pero ojo, esta última no significa tratar a todos como iguales, como una capitación. Es tratar a los iguales como iguales y a los desiguales como tal. Lo que hace Obama, en suma, es impulsar una reforma por lo cual habrá gente que no tenga nada o poco que pagar, que son los que menores ingresos tienen, y aumentará la carga a aquellos sectores que tuvieron grandes ganancias.

-¿Maximizar un impuesto?
-El impuesto maximizado sólo para aquellos que evidenciaron más ganancias y pagar de acuerdo con los ingresos que tuvieron. Este, lamentablemente, es un principio que no se aplica en nuestro país.
-¿Por qué?
-Y no se modificaron algunas cuestiones impositivas fundamentales. Sigue aplicándose Ganancias a los empleados de cuarta categoría, sobre sus sueldos. Es un impuesto a las ganancias y no a la renta, como las que tienen los grandes emprendimientos que supieron acumular jugosas ganancias y no dan mucho trabajo, como es el caso de las maquinitas tragamonedas. Esos sectores aún conservan el impuesto a las Ganancias en caso de que declaren el 35% que es la misma ganancia que puede pagar una PyME cuando tiene algo de rentabilidad. No existe en la Argentina un impuesto a las ganancias ponderadas, a las grandes rentabilidades. Volviendo entonces a la política de Obama, y en base a estos conceptos, lo que hace es aplicar un principio de solidaridad y redistribución del ingreso que tanto se habla en nuestro país y no se hace absolutamente nada. El que más ingreso tiene debe derramar sobre las capas de contribuyentes o sociales menos pudientes.

-El Gobierno nacional ha decidido lanzar una moratoria a partir de hoy...
-Las moratorias están bien para aquellos que tuvieron que aguantar de pie los embates del corralito y de la pesificación y que, lamentablemente, no pudieron pagar los impuestos. A esa franja se le formó una carga tributaria adicional del 3% o el 4% usuraria por la mora, con lo cual la deuda llegó a cuadruplicarse. Para esa gente está bien la moratoria. Son ciudadanos concientes, porque no se escondieron ni tienen una actividad ilícita. Dieron, a su modo, un impulso a la dinámica del país. Pero hay otra parte que emprendió toda clase de negocios, que hicieron de la evasión fiscal su actividad principal, con facturas truchas o triangulaciones ilícitas y que pretenden ingresar a la moratoria de la AFIP. Le perdonarán las multas y los intereses y entonces vemos más diferencias respecto de EEUU. A la moratoria irán ?don Chicho y Napoleón; Carmelo y San Martín?. Meten a todos en la misma bolsa, con sistemas de premios y castigos a la Argentina, al revés de los principios tributarios.
-¿Y qué sucede con la Ley de blanqueo de capitales?
-Los que se llevaron la plata por inseguridad no creo que la traigan por inseguridad en otros países. Los que hicieron fortunas a la velocidad del rayo se beneficiarán con el blanqueo, porque saben que no serán sometidos a una investigación. Cuando alguien lo cuestione, dirá ?momentito, la ley me lo permite?; va a lavar todo lo acumulado y que no había declarado en su momento al fisco. Claro que se hicieron modificaciones a la norma para obligarlos, en las declaraciones juradas, a manifestar que esos capitales no provienen del lavado del dinero o del tráfico de armas. Pero, en muchos casos, las declaraciones juradas están impregnadas de mentiras porque nadie dirá ?yo maté a mi madre?. Es un clásico en el país que atenta contar la equidad tributaria.
-El año arrancó con la recaudación impositiva nacional en picada, ¿qué sucederá en lo que resta del año?
-Algo influye el colapso global al cual no podemos estar ajenos. No tenemos ni un plan A ni B ni nada. Cómo se solucionó esto de mostrar un 11% de aumento en enero. Sencillo. Se volcó a la recaudación los aportes previsionales. Ahora resulta que los jubilados, que no tienen fondos para mantenerse, estén financiando, vía Anses, la venta de artículos de línea blanca y automotores. Encima, esos jubilados no pueden acceder al plan. Con una inflación real del 22%, el aumento del 11% en la recaudación de enero es como el ?chinchón? que va menos 10, pero en este caso menos 11. Sin los aportes de las AFJP, no existiría el ficticio aumento de la recaudación.







