16 Febrero 2009
Marcelo Durval Reales no puede hablar. Su voz se quiebra por el llanto y la emoción. A dos semanas de la muerte de su hija, María Cecilia Reales, el abogado envió una carta a LA GACETA en la que cuestionó duramente el accionar de los cuatro policías que intervinieron en el accidente.
En su escrito, Reales pidió además la renuncia del ministro de Seguridad, Mario López Herrera, a quien responsabilizó de las irregularidades cometidas en la causa. “Mi hija no falleció por un accidente automovilístico. Fue una bala de cañón disparada por un juguete que padres irresponsables compraron a sus hijos menores sin ningún tipo de control y para que salgan a divertirse. La tranquilidad de conciencia y de espíritu que mostraba su rostro al dejar esta vida terrena me convence de que ahora está en los brazos de Jesús, y es mi deseo que todos pudiéramos partir de esa manera”, reza la primera parte del escrito. “Aclaro -prosigue Reales- que no tengo ningún color político ni pertenezco a partido alguno, pero le pido al señor ministro de Seguridad Ciudadana que, luego de que se apliquen las sanciones, si se constata que hubo corrupción por parte del personal a su cargo, su renuncia de inmediato al cargo”. “Quedó demostrado que fallaron los controles y hubo obstrucción a la Justicia, que había ordenado la realización de una pericia. Y si esos policías hacen lo que quieren (sic) y no cumplen con las normas establecidas, es evidente que existe ineptitud de su parte en la conducción del Ministerio, que se supone es para dar seguridad a la ciudadanía”, dijo Reales. En el último párrafo de su carta, el hombre dijo: “mal podrá confiar persona alguna en nuestra provincia que se preserven sus derechos con una Policía corrupta. Renuncie, señor ministro, o quien pudo haber estado cubriendo su cargo. Llevará algo de tranquilidad a todo el pueblo de Tucumán”.
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