El buen vino y el sol del Valle rivalizan en Cachi

El poblado salteño se encuentra en el corazón de las Cumbres Calchaquíes y durante el año es el destino favorito de los turistas extranjeros.

MUCHO SOL. Durante el día el clima de Cachi es ideal para realizar largas caminatas por las sendas del pueblo o visitar algunas bodegas familiares. MUCHO SOL. Durante el día el clima de Cachi es ideal para realizar largas caminatas por las sendas del pueblo o visitar algunas bodegas familiares.
03 Febrero 2009

Por sus calles angostas se respira el silencio. El clima árido característico de los Valles Calchaquíes promete al visitante 360 días de sol. Los que llegan hasta Cachi, en Salta, quedan encantados con la paz que transmite el pueblo, que aún conserva las tradiciones de sus orígenes indígenas.
"Aquí los turistas vienen a descansar. Este pueblo es pequeño y tranquilo, muy diferente de Cafayate que se ha convertido prácticamente en una ciudad", explica Juan Farfán, recepcionista de una hostería del lugar.
Cachi deriva del quechua y significa "peñón blanco de la soledad". Este poblado se encuentra a 157 kilómetros de la ciudad de Salta y está a 2.280 metros de altura.
Una de sus particularidades es que durante casi todo el año los europeos lo invaden de tal forma que las calles se transforman en una Babel de lenguas que se mezclan e interactúan.
"Muchos vuelven porque les encanta el clima y la seguridad. Se sorprenden porque pueden dejar sus autos en cualquier lugar; aquí no hay rejas, los pobladores son tranquilos", señala Farfán.
Pero no sólo la paz y el sol los atrae; también los excelentes vinos de la zona, ya que hay varias bodegas que producen exquisitos varietales. "La mayoría son bodegas familiares que ofrecen visitas guiadas. Tenemos el viñedo de mayor altura del mundo que está 2.400 metros", comentó Julia López, directora de turismo de Cachi.
Durante el día, se puede visitar el templo de San José y el museo arqueológico Pío Pablo Díaz; ambos están ubicados al frente de la plaza principal.
La iglesia, declarada Monumento Histórico Nacional, resguarda en su interior la imagen del patrono del pueblo, San José, cuya fiesta se celebra el 18 de marzo. En el museo se puede conocer una de las colecciones arqueológicas más completas: vasijas, utensillos, lanzas y piedras talladas, que pertenecieron a la cultura diaguita.
Una extensa caminata por uno de los caminos principales puede llevar al visitante hasta Cachi adentro.
Esa es la zona en la que vive la mayor parte de los habitantes, a quienes se puede observar labrando la tierra con el viejo método del arado tirado por bueyes.
Por la noche, el mejor plan es disfrutar de una cata de vinos de bodegas salteñas; un experto se encarga de llevar las copas a la mesa y explicar las particularidades de cada vino: dónde se lo produce, la temperatura ideal para tomarlo y con qué comidas conviene acompañarlo.
A esto se lo suele acompañar con una variada picada que incluye salame, pan casero, aceitunas, jamón crudo y cocido y tres tipos de quesos: de cabra, de vaca saborizado con ají y roquefor.
Sobre una de las calles laterales de la iglesia hay pequeños bares que colocan sus mesas sobre las calles empedradas. Allí se puede disfrutar de una cena a la luz de las velas y de las tenues farolas de la calle. Mientras tanto, en el ambiente resuenan las estrofas de una zamba melancólica.

Servicios
En Cachi es posible encontrar todo tipo de alojamiento, desde hostels hasta encantadores hoteles boutique decorados con calidez y buen gusto. Los precios son accesibles en las hosterías y algunas hasta tienen pileta.
Si bien la distancia que separa Salta de Cachi no es mucha es conveniente saber que en algunos tramos de la subida el camino es de tierra. Para regresar a Tucumán, una de las opciones es hacerlo por la ruta 40 que va hasta Cafayate (a unas 4 horas de Cachi) el camino también es de ripio consolidado y luego se comunica con Tafí del Valle.

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