Los tucumanos creen que la política de EEUU no cambiará

Algo tiene que cambiar para que todo siga siendo igual. Decía Giuseppe Tomasi di Lampedussa en "El Gatopardo". Es la frase que mejor resume la creencia de la mayoría de los tucumanos acerca de la próxima asunción de Barack Obama. El racismo es otro de los problemas que, aseguran, deberá enfrentar el flamante presidente de Estados Unidos.
El gatopardismo por el que podría transitar la futura gestión es resaltado por Fortunato Garay, un jubilado de 66 años. No obstante, rescata que Obama se esté moviendo con cautela. "Hay cambios que los norteamericanos claman mirando al cielo, pero esperar una revolución es una utopía y Obama tendrá que tomar decisiones rápidas. Además deberá enfrentar actitudes racistas de la gente y los graves problemas por la situación económica actual".
"Los ?yankis? necesitan un cambio, pero creo que todo va a seguir igual", dijo Luis Montero (57 años), trabajador de la industria farmacéutica, al ser consultado por LA GACETA. "Es un país netamente racista, y si se impuso Obama es como una reacción luego del desastre del gobierno de Bush. Pero va a ser muy difícil porque Estados Unidos no es una nación sino una corporación", añadió.
Hugo Galván (55), psicopedagogo, también mostró su excepticismo. "Creo que Obama ya tiene marcada la política interna; los beneficios para nosotros dependerán de la política de nuestro gobierno. Creo que al ser afroamericano vende una imagen internacional de respeto a las minorías", expresó. "Hay un gran sector del pueblo norteamericano que confía en este presidente", agregó.
Algo más optimista fue Matilde García Maritán (65), antropóloga. "Estoy esperanzada en la asunción; es inédita. Creo que trae un aire nuevo", dijo. Lo que no cree que vaya a cambiar son las relaciones internacionales ni con América latina ni con Africa, puesto que "el gobierno será muy conservador".
Algo parecido piensa Ricardo López (26), empleado de una librería, quien espera que Obama sepa aprovechar su condición de afroamericano. "El hará lo que considere correcto, pero seguramente no dejará conformes a todos. Hay demasiadas expectativas puestas en él", manifestó. "Le tengo afecto", añadió.
En tanto, Silvia Giraudo y su hijo Juan Manuel Frangoulis coincidieron en "la perversión de todo imperialismo", por lo que no creen que Obama pueda ser gestor de un cambio. "Bush es un imbécil", aseguró Silvia enfáticamente. "De todos los imperialismos, el de Estados Unidos es el peor porque no tiene ninguna consideración con los derechos civiles y políticos ni con los derechos humanos de todo aquel que no se atenga estrictamente a sus intereses", afirmó. Y agregó, casi resignada: "Obama, peor que Bush no puede ser", aunque reconoció que el nuevo mandatario es muy inteligente. "Lo notás en sus discursos. Y el hecho de que sea afroamericano es un progreso para Estados Unidos porque hace 30 años eso hubiera sido imposible", añadió. "Eso sí, es un hombre con un barril de plomo atado al cuello", sentenció.
Juan Manuel, en tanto, encuentra razonable que el pueblo estadounidense esté tan esperanzado en la gestión del nuevo líder. "En un país en el que si no consumís no valés, si te prometen que vas a volver a consumir, vas a volver a ser... Y a la gente le gusta eso", señaló el estudiante de Abogacía de 25 años.
"La construcción de su imagen es la de un afroamericano joven, pero por sobre todo exitista. Seguramente su política exterior será parte de la misma estructura. Latinoamérica para ellos es una entelequia representada por números. Y es tomada en cuenta en tanto que les dé a ellos ventajas económicas. Puede ser que el capitalismo se atempere, eso sí", agregó.
Nicasia Baunaly, psicóloga, descree que el color de piel en Obama represente una diferencia. "Creo que es un blanco disfrazado de negro, como dicen algunos intérpretes políticos. El no decide nada . Una sola persona no puede ser agente de cambio. Ojalá tenga la valentía y el coraje para hacer algo", expresó.