A los 60 años, Depardieu es la piedra basal del cine francés

A los 60 años, Depardieu es la piedra basal del cine francés

27 Diciembre 2008

PARIS.- Es considerado la piedra basal del cine francés y eso en el amplio sentido de la palabra. Y es que Gérard Depardieu impresiona no sólo por su aspecto rudo. Detrás de su imagen campechana y maciza, se pueden intuir todos los abismos del alma humana: anhelos, deseos, amores y odios, que el astro del cine transmite con emotividad explosiva y potente energía en la piel de Balzac, Obélix, Cyrano de Bergerac o cualquier otro de sus personajes. Sus ansias de vivir ya son leyenda. No sólo se entregó al vino y a las mujeres, sino que también trabaja como un obseso. Hoy cumple 60 años. “Depardieu es para el cine europeo lo que (Marlon) Brando fue para el cine americano de los años 50. Encarna todo el espectro del hombre europeo: el emprendedor, el matón, el intelectual, el burgués, el rebelde y el hedonista”, dijo Kent Jones, director de la estadounidense Film Society of Lincoln Center. La prensa local lo llama por eso “monstruo del cine francés”, de los cuales Francia tuvo pocos más allá de Jean Gabin y Jean Paul Belmondo. Casi ningún otro logró ese halo tan rápidamente como este actor de la nariz grande, la mirada suave y el encanto tosco.
Depardieu puede ser impulsivo sin límites: sus problemas con el alcohol lo llevaron en 1998 a un accidente de moto, por el que fue condenado a prisión en suspenso. Su pasión por las mujeres le aseguró apariciones regulares en la prensa del corazón. El actor de más de 1,80 metro de altura y peso considerable (se dice que pesa entre 100 y 129 kilos) es, además de vitivinicultor, propietario de varios restaurantes. Pero en el centro de su vida está el cine. En unos 40 años, rodó más de 140 películas. No es ambicioso, sino que ama la vida y la vida lo ama a él, dijo Depardieu en una entrevista. Una imagen de sí mismo que a los ojos de su hijo Guillaume, fallecido el 18 de octubre de este año a los 37 años como consecuencia de una infección pulmonar, no responde del todo a la realidad. “Está obsesionado con el deseo de ser querido y la necesidad de dinero. Sólo piensa en él. Seduce a las personas para después despreciarlas”, comentó en una ocasión el joven actor, que luchó con graves problemas con el alcohol y las drogas.
La historia de vida de Depardieu es tan conmovedora como sus películas: su padre, un herrero, era alcohólico y apenas sabía escribir. Su madre tuvo que ocuparse de seis hijos. Gérard mismo era considerado revoltoso, padecía problemas para hablar y solía faltar a la escuela. (DPA)

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