LOS ANGELES.- El nombre de Matt Dillon empezó a darse a conocer internacionalmente gracias al director Francis Ford Coppola, quien lo convirtió en uno de los protagonistas de "La ley de la calle" y de "Rebeldes". Pero, por entonces, Dillon ya llevaba tiempo en el mundo del cine ya que había debutado a la temprana edad de 14 años en el drama "Over the edge" de Jonathan Kaplan.
Otros filmes en el incipiente currículum del adolescente Dillon habían sido "Faldas revoltosas", "Mi guardaespaldas" y "Tex". Precisamente por estas dos últimas cintas fue nominado al Young Artist Award. Pero el galardón más importante que ha recibido hasta ahora ha sido el Premio Espíritu Independiente al mejor actor por su descarnada interpretación de un drogadicto en "Drugstore cowboy" de Gus Van Sant, probablemente una de las interpretaciones más recordadas del actor.
Matt Dillon nació el 18 de febrero de 1964 en New Rochelle (Nueva York) en una familia irlandesa y católica. A pesar de no cumplir el estereotipo de rubio con ojos azules que enloquece con más facilidad a las quinceañeras, el actor se convirtió en todo un ídolo teen. Después consiguió algo más difícil todavía: no quedarse encasillado y lograr la transición hacia papeles más comprometidos. Entre la multitud de títulos están "Agente doble en Berlín" de Arthur Penn, "Ángeles sin cielo" de Tim Hunter y "Todo por un sueño" de Gus Van Sant, donde trabajó con Nicole Kidman.
Entre sus últimos filmes en la gran pantalla destacan la comedia de los irreverentes hermanos Farelly, "Loco por Mary" -en la cual trabajó con quien fue su pareja en la vida real, Cameron Diaz- y la pseudoerótica "Criaturas salvajes" formando trío con Neve Campbell y Denise Richards. Ahora parece que el actor ha querido ampliar sus horizontes y ya debutó como director con un capítulo del drama carcelario "Oz", emitido por HBO. Y ahora se estrena en EEUU su primer largometraje como director para la gran pantalla "La ciudad de los fantasmas", una cinta que ha dirigido y protagonizado, además de escribir el guión. La película está situada en Camboya en 1994, año en el que tres turistas fueron secuestrados y posteriormente asesinados. (Especial)