"?Dari?, vení, tengo miedo de que me maten"

"?Dari?, vení, tengo miedo de que me maten"

Una joven está desaparecida desde el sábado, cuando debió haber llegado a su casa en Colombres desde su trabajo en Yerba Buena. Según la información que maneja la Policía, la muchacha fue raptada en un vehículo. La familia está desesperada

Ana Carolina Mansilla. Ana Carolina Mansilla.
25 Noviembre 2008

"Dari, no sé dónde estoy. Tengo mucho miedo. Sáquenme de aquí. Dari, vení. Mami, tengo miedo de que me maten; estos hombres son malos. Búsquenme". A las 12.45 de ayer, el celular de Darío Navarro recibió ese mensaje de texto. Es la última noticia que tiene de su novia, Ana Carolina Mansilla, de 19. Sus familiares no la ven desde el sábado, y todo parece indicar que dos hombres la obligaron a subir a un auto en Yerba Buena y la tienen secuestrada. "Temo que a mi hija le pase como a ?Marita? Verón. Por eso necesito que la encuentren rápido", dijo llorando Silvia Rosa Ceballos de Mansilla, de 47 años, la madre.
Carolina vive junto con sus padres y dos de sus siete hermanos en una humilde casa de la localidad de Colombres. Regresó hace cuatro meses de Arenales, provincia de Santiago del Estero, donde convivía con Navarro. "Ella había conseguido un trabajo como empleada doméstica en Yerba Buena. Darío vino la semana pasada, cuando él también logró que le dieran empleo", indicó Silvia Ceballos. La mujer añadió: "no conozco a sus patrones, pero cuando le pregunté si la trataban bien me dijo ?de diez?".
Una pista de lo que pueda haber pasado se desprende de lo que, según Ceballos, ocurrió el miércoles. "Carolina me contó que estaba con miedo porque dos hombres la habían seguido cuando iba al trabajo. Creo que entonces comenzó todo", aseveró la mujer.
El viernes fue la última vez que Ceballos se contactó con su hija, también vía mensaje de texto: "decile a Dari que el sábado salgo a las 10. Preguntale si se va a quedar", se lee en el celular de la madre de la chica, que conserva el mensaje. "Me amanecí el domingo esperando sentada, pero nunca llegó -relató desesperada-. A la tarde, Darío y yo estábamos pensando en hacer la denuncia cuando Adrián, el hermano de él lo llamó desde Mendoza". Según Ceballos, Adrián Navarro les dijo: "me acaba de hablar Carolina. Tengan cuidado. Me dijo que dos hombres la hicieron subir a un auto. La tienen secuestrada. Ella no sabe dónde está. Por favor, dice que la busquen urgente". Carolina no logró darle más detalles a su cuñado. Antes de colgar, pidió que no la llamaran: al parecer, se las ingenió para esconder su celular. "Cada vez que intentamos hablarla su teléfono nos da como apagado", dijo Darío Navarro durante la entrevista con LA GACETA. Tanto él como su suegra creen que la joven no pudo llamarlos a ellos por un problema de señal, o tal vez porque en la agenda figura primero el teléfono de Adrián Navarro.
Tras la comunicación desde Mendoza, Silvia Ceballos y su marido, Jorge Mansilla, hicieron la denuncia en la comisaría de Colombres, localidad de Cruz Alta. También dieron aviso a la División Trata de Personas, de Investigaciones. El llamado de Carolina a Adrián Navarro fue el último contacto con la joven hasta ayer al mediodía. Ella logró enviarle dos mensajes de texto a su pareja. "Ayúdemen (sic)", decía. Navarro temblaba al mostrarle el celular el cronista. "Desde que la conozco, estuvo conmigo todo el tiempo. Jamás se fue ni a dormir a la casa de una amiga sin avisarme", expresó.
Ceballos dice estar viviendo una pesadilla. "Mi miedo más grande es que la quieran hacer ?trabajar?. Porque esto es un secuestro mudo; nadie se comunicó con nosotros para pedirnos algo", dijo. Su marido, sentado en silencio junto a ella, acababa de repartir fotocopias de una fotografía de su hija en distintas comisarías. Ceballos descartó que la joven se haya escapado por voluntad propia. "Ella me cuenta todo. Si hubiese tenido un problema con Darío o hubiese querido dejarlo, me lo habría dicho de inmediato, como me contó cuando se fueron a vivir juntos. Además, yo me doy cuenta si ella está triste o alegre, porque somos muy unidas", aseveró.
Antes de despedirse, con lágrimas en los ojos, expresó: "ojalá que no sea nada. Estamos muy preocupados. Nosotros no tenemos enemigos ni le hicimos nada a nadie. Pero sé que a ella, esté donde esté, le puede estar pasando cualquier cosa".

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