Efectos, no causas

Por Roberto Delgado -Prosecretario de Redacción.

21 Noviembre 2008
Las circunstancias que rodean al incidente de los inspectores del Ipla con un comerciante de Alderetes muestran las aristas emocionales, pero no las razones profundas de un complejo problema. El hombre fue denunciado por sus vecinos, hartos de ruidos molestos. Y después a esos mismos vecinos les dio pena cuando los miembros del Comando Antifiestas del gobierno de Alperovich le pusieron esposas, lo arrastraron y lo latiguearon, según las denuncias.
Esas son las aristas emocionales. Las razones profundas son otras. Una es la concepción autoritaria que crea un cuerpo policial de choque para tratar de cambiar un problema cultural estimulado comercialmente -el consumo de alcohol- con operativos que no sólo aumentan sin que disminuya el consumo (quizá disminuiría si el Estado gravara de tal modo el alcohol que se volviera imposible adquirirlo) sino que además dan lugar a incidentes, violencia y riesgo de coimas.
No sólo eso. El incidente muestra que ninguno -ni el infractor ni los agentes de la ley- creen en las instituciones: uno se niega a acatar la norma y los otros tratan de imponerse mediante la fuerza. Ambos ayudan a que se genere el estéril debate emocional en el que importan los efectos y no las causas.

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