Vecinos de Aguirre contaron cómo fue golpeado

Testigos del operativo del IPLA declararon que los policías le pegaron latigazos al dueño del local, que había tratado de resistir la clausura.

El local donde se produjo el enfrentamiento el domingo a la noche. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO El local donde se produjo el enfrentamiento el domingo a la noche. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
21 Noviembre 2008

"El hombre gritaba ?basta, basta, por favor?, pero lo seguían golpeando. Fue una barbaridad". La mujer todavía se agarra la cabeza cuando recuerda lo que vio el domingo pasado a la noche, cuando inspectores del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA) realizaron un operativo, acompañados por la Policía, frente a su casa, en Alderetes.
La mujer, que no quiso revelar su nombre por temor, fue una de las vecinas que había hecho una denuncia respecto de ruidos molestos que provenían del local de avenida Rivadavia y Arturo Illia, Alderetes, donde aparentemente funciona un bar. Sin embargo, después sintió remordimiento -dijo- al ver cómo lastimaron al propietario del comercio, Atilio Aguirre.
Según la denuncia de Aguirre, cinco inspectores y cuatro policías irrumpieron en el negocio, donde estaba él con cuatro personas. Cuando quisieron clausurar el local y aplicar una multa porque no estaba habilitado, se desató la pelea.
Según la investigación judicial, Aguirre agredió verbalmente a los inspectores y entonces fue golpeado. Por el hecho, se pidió la detención de los policías, acusados de lesiones, y de los inspectores, a quienes se les imputa encubrimiento.

Intranquilidad
La esquina llama la atención en cuanto se ingresa a la ciudad de Alderetes por el puente del camino que conduce al aeropuerto. Con una pintura impecable, de color ocre intenso, el local parece estar listo para abrir al público en cualquier momento. Pero adentro, está casi vacío; sólo tiene una barra.
Los vecinos cuentan que cuando cerró la pinturería que funcionaba allí se quebró la paz. "Desde que Aguirre se hizo cargo del local, los fines de semana hay música hasta altas horas de la madrugada y se ven personas alcoholizadas que gritan y hacen escándalos", describió Olga, otra vecina. "Trabajo temprano y me molestan los ruidos que comienzan el viernes por la noche y no paran hasta el lunes a la madrugada. Me cambió la vida: ya no puedo dormir y siempre estoy nervioso", resaltó otro vecino, que también pidió el anonimato.
Los habitantes de la zona no entienden por qué el inmueble funciona como si fuera un bar."Todo nos parecía muy raro; por eso hicimos la denuncia", expresó Olga. Pero no imaginaron cómo terminaría la historia. "Está bien que se hagan controles, pero no que golpeen a la gente", dijo horrorizada.
La vecina que vive frente al negocio relató que en el momento del hecho había cinco personas dentro del local. "Parecía que todos peleaban con los inspectores y policías. Cuando salieron, los policías empujaron al dueño del negocio, lo arrastraron más de media cuadra, y le pegaban latigazos", contó. "Los policías se excedieron; el hombre quería explicarles algo pero no lo dejaron. Era una barbaridad cómo lo maltrataban. Después de esposarlo seguían pegándole", agregó.

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Las pruebas
En tanto, en la Justicia se analizan las pruebas del caso. La fiscala María de las Mercedes Carrizo debe decidir si requiere o no la prisión preventiva para los policías acusados por lesiones.
Según trascendió, el informe de los médicos que revisaron a Aguirre puede ser determinante. Detallan que la víctima tiene quebrada una mano y que presenta "lesiones ocasionadas con un objeto (soga o látigo) animado de fuerza y velocidad", como puede ser un látigo.
Además, declararon las personas que estaban con Aguirre cuando se realizó el operativo. Según fuentes judiciales, estas reconocieron que Aguirre agredió verbalmente a los inspectores, pero negaron que golpeara a los policías, como declararon los inspectores en Tribunales. "El (por Aguirre) solamente pedía que no le hicieran el acta, pero los inspectores lo querían hacer firmar. Todos los policías lo agredían y los inspectores consentían", relató una mujer que estuvo en el bar. Otro testigo declaró: "Atilio les dijo a los inspectores que el bar no funcionaba, pero un policía le pegó una cachetada... le dieron latigazos y golpes de puño. Los inspectores actuaron de forma prepotente e incitaban a los policías a que le peguen".

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