
TELAM

MAR DEL PLATA.- (Enviado especial, Juan Carlos Di Lullo) El público, advertido de que está presenciando una producción cubana y conocedor de las estrecheces económicas que vive la isla, espera una producción modesta, con economía de efectos especiales y con escenarios naturales en los que la reconstrucción sea prácticamente irrelevante. Por eso, cuando desde la pantalla se ofrece no sólo una trama vibrante, cinematográficamente bien resuelta, con actuaciones convincentes sino que, además, las explosiones resultan absolutamente veraces y las escenas muestran un gran despliegue de aprestos bélicos, la sorpresa es generalizada.
El estreno en el marco del festival internacional de cine de Mar del Plata de la película cubana "Kangamba" fue también la primera oportunidad en que el filme se ve fuera de su país de origen. Por ese motivo, junto con el director, Rogelio París, y dos de los actores del filme, acompañó a la delegación el embajador en Argentina del país caribeño, Aramis Fuentes.
Marco histórico
La presentación estuvo a cargo del programador de retrospectivas del festival, Ernesto Flomembaum, quien trazó un rápido pantallazo del marco histórico en el que se desarrollan los hechos que se cuentan en la película: la intervención de combatientes cubanos en Angola, en el año 1983, en el marco de una campaña revolucionaria en territorio africano que había comenzado con la presencia del "Che" Guevara en el Congo y se prolongó hasta la independencia de Namibia.
A su turno, el realizador cubano destacó que en aquella oportunidad, el gobierno de Fidel Castro se comprometió a brindar la ayuda a Angola sin querer llevar a Cuba (una vez finalizado el conflicto) ni el petróleo ni los diamantes africanos, sino sólo "los cuerpos de los cubanos caídos en la lucha". Rogelio París explicó que su película no es un filme político. "Los filósofos nos han enseñado que confundir arte con política es un grave error político", señaló. "La película tiene que hablar por sí misma; en Cuba, en oportunidad de su exhibición, se ha producido un fenómeno extraordinario, sobre todo entre los más jóvenes", relató. París advirtió antes de la exhibición de la película que su trabajo es un "anti Rambo". "Esto no tiene nada que ver con una narración belicista, historicista, con las cosas en blanco o negro, donde los negritos son malos y los blanquitos los buenos. La película establece mi visión (apoyada en numerosos testimonios de los participantes directos) de lo que fue ese momento histórico", dijo.




