“Quiero dialogar con los poderes políticos, con la Corte, con los jueces”

OBJETIVOS. Pérez reclamó una mayor actividad institucional para modificar el funcionamiento de la Justicia. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO OBJETIVOS. Pérez reclamó una mayor actividad institucional para modificar el funcionamiento de la Justicia. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
04 Noviembre 2008

“El Colegio de Abogados no debe disputarle espacios a los poderes del Estado. No cumple esa finalidad y debe estar ajeno a cualquier cuestión que lo involucre en ese aspecto. Soy un hombre democrático y respeto sus instituciones legitimadas por los votos. No tengo por qué pujar con el gobernador o con la Legislatura sobre facultades que les corresponde por ley, pero sí debatir respecto a la organización del Poder Judicial, para que las decisiones de los jueces sean transparentes y acertadas. Nunca debe romperse el diálogo, pero cada uno defenderá lo que considere correcto y, en mi caso, será nuestra entidad”, afirmó Pedro Pérez.
El candidato a presidente por la lista Manuel Belgrano aclaró que su sector no mantiene ningún tipo de contacto o de relación con la Casa de Gobierno y consideró que sería una deslealtad que el oficialismo planteara falsamente ese tema como eje de campaña, cuando sólo existen disidencias en ciertos puntos en la manera de conducir el colegio. Al respecto, puntualizó su criterio acerca de que no tiene que participar obligatoriamente en el proceso de selección de los jueces, sino que el eje de su tarea debe volcarse a supervisar la labor de los jueces designados. Advirtió: “estar en la primera etapa puede restarle valor o eficiencia al control posterior y está visto por la comunidad como una suerte de disputa del poder”. “Soy partidario del concurso para que accedan los más idóneos y honestos a la Justicia”, remarcó, en una entrevista con LA GACETA Tribunales.

- ¿Qué lo motivó a postularse como candidato?
- La necesidad de cambiar cosas en el funcionamiento de la administración de Justicia. Comparto, con la actual conducción, la defensa de los principios de independencia del Poder Judicial y el libre ejercicio de la profesión de abogado, que hacen a la vigencia del Estado de Derecho. Estas fueron las cuestiones priorizadas por la gestión, pero hay que hacer hincapié en la muy preocupante situación de los Tribunales. Soy un abogado que vive exclusivamente del ejercicio profesional, nunca ejercí cargos públicos ni me interesa ejercerlos. Mi necesidad, y la de muchos, es el funcionamiento correcto de la Justicia.

Publicidad

- ¿Qué problemas advierte?
- Hay varios. Uno bastante serio es la cantidad de vacantes que habrá en el Poder Judicial en el corto plazo, con la ausencia de normas sobre cómo cubrirlas; hay que agudizar el ingenio para encontrar una vía de solución. También hay una suerte de relajación en las responsabilidades de quienes tienen a su cargo la administración en sus distintos aspectos: funcionarios, empleados y magistrados ya no atienden los plazos, los compromisos, las obligaciones. La gente y los abogados sienten que la Justicia está lenta, que las cosas se demoran mucho, incluso las más simples, como el libramiento de cédulas, las notificaciones o las agregaciones. En algunos casos se demora más de 30 días en hacerlo. Hay que buscar conciencia en todos los niveles sobre la función que cumplen y sobre la importancia de su labor.

- Siempre se habla de la gran cantidad de juicios.
- Es cierto que hay mucho trabajo y que se incrementó la litigiosidad y el volumen de las causas. Hubo un aporte de la Corte con la sistematización de procesos y el empleo de la tecnología digital e informática, pero se deben realizar capacitaciones intensivas para un empleo pleno de las máquinas.

Publicidad

- ¿Cuál es la responsabilidad de la Corte Suprema?
- Debe asumir la que le cabe. Por su poder de superintendencia, tiene implementados controles, pero hace falta que se los verifique en el funcionamiento de los juzgados y que se consulten los resultados. El colegio debe colaborar, porque somos quienes nos llevamos la impresión de lo que pasa. La Corte está aislada en sus despachos y en sus propias causas. Los sondeos son una herramienta interesante, pero pretendo que se realicen inspecciones sorpresivas y periódicas en cualquier juzgado.

- ¿Cómo evalúa el trabajo dentro del Colegio?
- La comisión directiva está saturada por problemas cotidianos de todo orden, que hacen que se dejen de lado cuestiones prioritarias. Mi idea es priorizar el funcionamiento de dos comisiones internas: organización judicial, encargada de analizar la estructura y el funcionamiento de cada juzgado, y la de defensa del ejercicio profesional, ver en qué medida está afectado. Pediré la colaboración de todos en un llamado amplio y abierto, porque el abogado en ejercicio de la profesión, por ley está equiparado al magistrado, pero no siente ese respeto. Al contrario, no son atendidos y sus preocupaciones y planteos no son adecuadamente receptados. El servicio de justicia es para el ciudadano; el Colegio no debe defender intereses corporativos, aunque los tenga en relación con un sector de la sociedad, sino que debe bregar por la vigencia de un estado de derecho que le interesa especialmente los que menos tienen, a los marginados, a los excluidos, a las víctimas de abusos, de avasallamientos y de despojos.

- ¿Qué hizo bien y qué hizo mal esta gestión?
- Tiene una administración prolija, con muchos gastos y con muchos servicios que debemos mejorar para más especialización, más capacitación, más biblioteca y más formación. Fue positiva en cuanto a la firme defensa de la independencia del Poder Judicial, pero le faltó velar por el mejor funcionamiento de la actual administración de justicia, que no está brindando un buen servicio. Quiero dialogar con los poderes políticos; con la Corte; con las asociaciones de magistrados, de funcionarios y de empleados; con el colegio del Sur para escucharnos y encontrar una solución. Va a haber continuidad en las políticas de principios, tales como el control de la matrícula.

- ¿Cómo deben ser cubiertas las vacantes?
- La subrogancia no puede encararse como una solución definitiva. Si se afecta a jueces de otros juzgados, es un recargo de tareas cuando los despachos ya no funcionan como deben hacerlo.
La temporalidad generará falta de incentivo para los abogados en ejercicio: ninguno que tenga un estudio en funcionamiento lo cerrará por poco tiempo, y podría generar susceptibilidades que siga abierto aun sin su titular. Y si se llama a magistrados jubilados con estado judicial, se convoca a quienes optaron por irse porque están saturados o cansados. Hay que usar el ingenio y encontrar una solución superadora, firme y duradera entre todos los sectores.

Comentarios