Gestión corta y fructífera

Gestión corta y fructífera

Agustín Segundo Sal fue gobernador interino en 1895. Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción LA GACETA.

AGUSTIN SEGUNDO SAL. Era presidente del Senado en 1895, cuando murió repentinamente el gobernador Benjamín Aráoz. ARCHIVO LA GACETA AGUSTIN SEGUNDO SAL. Era presidente del Senado en 1895, cuando murió repentinamente el gobernador Benjamín Aráoz. ARCHIVO LA GACETA
27 Octubre 2008

El 29 de noviembre de 1895, falleció inesperadamente el gobernador de Tucumán, doctor Benjamín Aráoz. Esto determino que asumiera la jefatura del Ejecutivo el presidente del Senado, don Agustín Segundo Sal. La gobernación de Sal duró escasos seis días. De inmediato convocó al Colegio Electoral Permanente (organismo que existió desde 1884 a 1907), el cual, en rápido trámite, eligió gobernador al teniente coronel Lucas Córdoba. Este asumió el 4 de diciembre.
Pero, a pesar de la brevedad de su gestión, Sal promulgó dos leyes significativas. Por una de ellas, el Estado adquirió el terreno necesario para el ensanche de la plaza Constitución, de El Bajo, que desde entonces se bautizó “La Madrid”. La otra ley disponía recompensar, con 5.000 pesos, el gesto de la joven artista Lola Mora, quien había donado a la Provincia los retratos de los gobernadores que ejecutó a la carbonilla. Fue el primer reconocimiento oficial otorgado a la tarea de quien sería nuestra gran escultora.
Sal era una personalidad destacada. Desde joven y sin dejar sus faenas de hacendado, militó resueltamente en las filas liberales. Estuvo entre los sostenedores de la revolución de agosto de 1861, que forzó la renuncia del gobernador Salustiano Zavalía. Peleó, pocos días después, en el combate de El Manantial, donde los liberales fueron derrotados por las fuerzas confederadas.
Luchó también, a las órdenes de José María del Campo, en la batalla de El Ceibal (diciembre de 1862) donde recibió dos heridas. Hasta 1867, todas las campañas contra los federales contaron con su resuelta adhesión.
Sal fue habilitado por el Gobierno para ejercer de abogado y, como sus antepasados, tuvo un prestigioso registro de escribano público. Era amigo desde la infancia de Julio Argentino Roca, y luego estrechó una buena relación con Bartolomé Mitre. Consecuentemente, se alineó en la política “acuerdista” y fue uno de los dirigentes de la Unión Cívica Nacional en Tucumán.
En varias ocasiones, fue elegido para bancas de senador y diputado a la Legislatura Provincial. Era senador por Monteros cuando ocurrió su fallecimiento, el 15 de junio de 1902.

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