
El misterio fue la estrella de la fiesta Facebook
Casi 2.000 personas participaron del primer encuentro que se realiza en Tucumán, organizado por usuarios de una de las redes sociales más populares de internet. A la caza de nuevas compañías. Cuando la fotito se transforma en piel y hueso. Por Silvina Cena, Redacción LA GACETA.Video

El ritual se inició una hora antes de la medianoche, cuando el primero de los contactos, entre ansioso y tempranero, se acercó al umbral convenido. "$ 10 la entrada general; $ 15 con consumición", invitó una voz femenina desde dentro de la boletería. La contraseña, esta vez, se encontraba en la billetera. Dos de $ 5 en la mesa y adentro. Alguien acababa de iniciar sesión.
La puerta de acceso al boliche en el que el martes se celebró la primera fiesta Facebook de Tucumán funcionó como un portal mágico similar a los que se ven en las series para niños: las figuras que hasta ahora habían parecido simples dibujitos virtuales pegados en el fondo de un monitor se transformaban, al atravesarla, en personas de carne y hueso.

Floggers de chupines encandiladores y flequillos domados; rubias de tacos hasta el cielo y boca en eterno pucherito; muchachos de colonia fuerte y pose seductora; chicas con vestidos de poca tela en los que estallaba la primavera; adictos a la electrónica y partidarios incondicionales del reggaeton; y hasta cuarentones que, atrincherados en un rincón con fernet en la mano, revelaban -por omisión- su poca habilidad para el baile. Y más, mucho más. La diversidad de estilos se repartió entre las casi 2.000 personas que entraron al edificio de la avenida Belgrano al 2.700 y pergeñó una postal colorida y democrática.
La metodología fue simple y común a casi todos. Los asistentes llegaron con su grupo de amigos de costumbre aunque, una vez adentro, la mayoría esperaba adjudicarse nuevas compañías. Esas a las que, hasta entonces, sólo conocían por las fotos subidas al sitio (indispensables para quien se precie de entender la red social) y, con suerte, por algún video. Esas que podrían haber cruzado antes en cualquier otro ámbito, pero cuya identidad sólo se confirma cuando son presentadas en un encuentro Facebook.

La estrella de la noche fue, por tanto, el misterio. La ansiedad por resolver el signo de pregunta anclado en la imagen del conocido-desconocido provocó que las miradas escudriñadoras se cruzaran en el salón tanto como los haces de luces de colores que temblaban al compás de la música. Trataban, entre la oscuridad y el efecto de los tragos, de relacionar lo que veían con las fotografías guardadas en algún rincón de la web.
Los más precoces quisieron sacarse la duda ni bien atravesaron la puerta y llenaron la memoria de los celulares de sus contactos con mensajes apresurados; los más vanidosos pretendían ser descubiertos antes que buscar; los más osados confesaban su deseo de que el encuentro con el amigo virtual termine en un beso muy real. Todos se mostraron encantados de que, por fin, un evento permita reemplazar los mensajes en los muros por una conversación in situ.
Desbordados
La estructura del edificio contribuyó con la intriga de los primeros momentos. Numerosas escaleras formaban más numerosos desniveles, con lo que existía más de un camino para llegar al mismo ambiente. Así, resultaba difícil cruzarse con la misma persona dos veces. Pese a la amplitud del espacio, los chicos Facebook ocuparon las tres pistas -una de rock y pop; otra de electrónica y la última al aire libre- y no dejaron espacios vacíos que lamentar.
El éxito de la fiesta fue festejado por los cinco organizadores, que brindaron la celebridad de su idea bajo el cielo nublado de las primeras horas del feriado. "Estamos muy satisfechos, ya que vinieron más de 1.700 personas cuando 1.500 habían confirmado su presencia. Es decir que los números terminaron desbordando nuestra expectativa", sonrió César Córdoba, uno de los chicos que promovió el festejo.
Otro de ellos, Sebastián Gómez, comentó que tomaron la iniciativa ante la demanda que pujaba en el grupo "Quiero una fiesta Facebook en Tucumán". "Hace un mes que la estamos preparando y todo fue consultado: desde el precio de las entradas hasta el lugar donde debía hacerse, y hasta la música que querían bailar", manifestó.
¿Lo mejor de la noche? "La buena onda que mostraron todos", coincidieron ambos. Y en efecto, así fue. En declaraciones que hincharían de orgullo a Mark Zuckerberg -el creador de la red social-, los asistentes no sólo ponderaron la idea de la fiesta sino que ensalzaron al sitio web y a sus oportunidades, y lo catalogaron como la mejor manera de hacer amigos por internet.
Cuando el reloj se clavó en las cuatro, las luces prendidas desnudaron las sonrisas de los bailarines (¡los Djs hasta se dieron el tiempo para volver a los lentos!). Con las dudas resueltas, las presentaciones hechas y los besos dados la multitud comenzó a aflorar de las decenas de desniveles. En forma desordenada, volvió a atravesar el portal que la había investido de piel y huesos. El último apagó la luz (o cerró sesión). Afuera se pergeñaba la segunda parte del éxito Facebook. LA GACETA ©







