CORDOBA.- Una nueva fiera surgió desde el banco de suplentes de Atlético. Ayer, en su debut como titular, Damián Musto mostró algo más que pinta de actor de telenovelas juveniles del siglo XXI. El chico de Casilda (Santa Fe) se acopló a la perfección con Martín Granero, presentando en sociedad una dupla que lleva como bandera la garra y el meta, meta, sin resignar un milímetro al rival. Como, todo estreno, el volante demoró unos minutos en acoplarse con el resto de sus compañeros. Superado el trance, Musto salió a comerse los talones de los "piratas" y, de a poco, fue marcando su propio terreno, una aduana sin posibilidad de acceso para el dueño de casa. Incluso, hasta se animó a buscar el gol, que no llegó, aunque su única incursión en el área rival, terminó en penal. "Vi a Leo (por Gutiérrez) que se iba solo y pensé que si picaba por afuera le daba otra opción, ya que él venía medio cansado. Me llegó la pelota y después la patada que terminó en penal", cuenta el santafesino, quien ayer sumó varios "porotos" en su intención de mantener la titularidad. "Cada jugador hizo lo que su posición en la cancha le demandaba. Hubo mucha entrega en general", sonríe el santafesino, quien fue uno de los pocos hombres "decanos" que descargaron emociones. "Nos debíamos un triunfo así. Es feo cuando no te salen las cosas en la cancha", concluyó. (Enviado especial)