Piden al Estado que ayude a una joven

“Mi hermana necesita atención psicológica urgente. No sabemos cómo reaccionará y hasta el momento nadie del Estado se acercó a ayudarnos. Tememos que la desgracia que nos tocó vivir se convierta en algo aún mayor”. Muy preocupado, Ignacio Javier Acosta se refirió de esta manera a lo que está viviendo Mirta Damús González, la joven que fue baleada el viernes de la semana pasada en El Manantial por su novio, quien previamente había asesinado de un tiro en la cabeza a la pequeña hija de ambos.
La tragedia se desencadenó en la casa de la madre de la joven, Angela del Carmen González, en el barrio Soberanía Nacional. Damus González conoció a Angel Sebastián Medina el año pasado, mientras ambos estudiaban. El 23 de noviembre nació su hija, a la que le pusieron Elena María Belén Damús Medina. “Ellos habían estado viviendo en La Florida, en la casa de él. Entre marzo y abril él amenazó con golpearla; entonces mi hermana se fue de la casa y él viajó a Buenos Aires. El 6 de mayo ,ella lo denunció en la comisaría de El Manantial”, indicó Acosta.

Nunca llegó
El sábado, al publicar la crónica de la tragedia, se indicó que la investigación de esa denuncia estaba en manos de la fiscala Teresita Marnero, pero esto no es así. Las actuaciones de la comisaría llegaron a Tribunales el lunes pasado.
Tres días antes, Medina fue a la casa de su suegra. Llevaba un revólver en una mochila. El hombre esperó a que Acosta se retirara, mató a la criatura y luego baleó a su novia. Después se suicidó. “Ella necesita ayuda, alguien tiene que contenerla”, repitió Acosta. La causa por el homicidio está a cargo de la fiscala Adriana Giannoni.