Los jóvenes necesitan que les pongan límites y que les exijan más

Los jóvenes necesitan que les pongan límites y que les exijan más

Aunque la medida pueda ayudar a superarse a los alumnos, algunos docentes sostienen que hay que cultivar la cultura del esfuerzo.

28 Junio 2008
En la escuela de Comercio N01 no son pocos los profesores que acuerdan con los padres y los alumnos que no habrá aplazos en el primer trimestre, con la condición de que en las etapas siguientes todos logren mejores notas y no se conformen con un 6.
“La idea es que el docente, si exige a sus alumnos, debe comprometerse a supervisar y a orientar. El alumno debe superar las deficiencias; le están dando una oportunidad y debe aprovecharla esforzándose. Los padres intervienen siguiendo de cerca el proceso que termina a fin de año con una evaluación integral”, dijo.
“Lo que está sucediendo en Mendoza es un proceso de cambio de paradigmas. El problema es que cuesta salirse del esquema  tradicional en que evaluación es sinónimo de medición; los nuevos paradigmas pedagógicos conciben estrategias para que el chico llegue a la autoevaluación; por eso creo que las escuelas deberían ser más autónomas para enfocar sistemas y estrategias que permitan mejorar la calidad educativa de sus alumnos, porque no todos los alumnos son iguales, ni es igual la formación de los docentes ”, opinó Ema Casares, directora de la Comercio Nº 1.
Sin embargo, Casares señaló que en las observaciones cotidianas con los chicos del Polimodal aparece siempre la necesidad de que les pongan límites y les exijan más. “El docente debe saber manejar tiempos y situaciones. Si los jóvenes encuentran facilismos como el no aplazo, cuando lleguen a la universidad con un sistema de autorresponsabilidad ¿cómo harán para cursar una carrera profesional?”, se preguntó la docente. Casares opinó que sin cambiar las reglamentaciones sobre evaluación, es necesario que se deje a las escuelas emplear estrategias que sirvan para apoyar a sus alumnos.
Isabel Gordoa de Flores, quien durante 33 años se desempenó como docente, calificó como incorrecta la propuesta de no aplazar a los estudiantes. “El alumno debe aprender que hay límites; que hay premios y castigos al esfuerzo. La juventud necesita cultivar la cultura del esfuerzo. Además, un aplazo siempre es también un llamado de atención a la familia para que se comprometan con sus hijos en la tarea de educar. Quitar el aplazo desmoraliza al que realmente estudia, que siente que da lo mismo estudiar o no”, consideró.

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